domingo, 28 de mayo de 2017

La misericordia.

         

¿Por qué debemos perdonar y hasta donde nos hace bien hacerlo desde el corazón?
 Porque el rencor  y el odio son como el ácido, que destruye hasta el recipiente que lo contiene.
 Desgraciadamente, los seres humanos tenemos baja tolerancia al perdón. Deberíamos poner en práctica todos los días de nuestras vidas, la acción de perdonar a nuestros deudores, para que así el Padre tenga misericordia de nosotros y perdone nuestras deudas.
¿Cuantas veces usted ha suplicado a alguien que le perdone y le ha perdonado?
Tal vez han sido muchas, ¿verdad? Es que a los seres humanos nos gusta que tengan misericordia para con nosotros por nuestras malas acciones, pero nos cuesta el doble ser misericordioso con los demás.
 Es bueno destacar el pasaje bíblico donde Pedro, uno de los discípulos de Jesús le pregunta:
“Señor, ¿cuantas veces perdonaré  a un hermano que peque contra mí?  ¿Hasta siete?”
A lo que Jesús respondió: “no digo hasta siete, sino aún hasta setenta veces siete” (Mateo 18: 21, 22).
Creo que el mensaje de Jesús es fuerte y claro, válido no solo para los cristianos, sino también para aquellas personas que pretendan entrenar la misericordia como escudo contra  los desmanes del ego.
Y en el caso particular de los cristianos, debería ser una acción a cumplir hasta el último día de nuestras vidas, aunque a veces lo olvidamos y terminamos haciendo lo contrario.
Nos congregamos de acuerdo a la fe cristiana que profesamos; escudriñamos en la Palabra hasta la saciedad….Damos, y escuchamos sermones “acerca de”
Pero casi nunca  cumplimos con lo que dice la Palabra acerca de la misericordia. Dejamos siempre que el ego hable más alto, y a veces nos cuesta trabajo perdonar hasta nuestros hermanos en la fe. ¡ Que podrían esperar entonces aquellos que no lo son!.
Cuando Jesús estaba a punto de morir agonizando en la cruz, alcanzó a decir: “Padre perdónalos, pues ellos no saben lo que hacen”.  En ese instante, Jesús estaba clamando por la misericordia de su padre para con sus verdugos; no existe un ejemplo de amor más evidente, que pudiera describir la misericordia que sentía Jesús  hacia el prójimo.
Pero quizás usted piense: ¡Ese era Jesús, pero yo me llamo fulano (a) de tal!…
 Bueno, no importa cuál sea su nombre. Solo le digo que practicar el perdón es un acto de amor no solo hacia el prójimo, sino hacia nosotros mismos, porque cuando usted entrega, recibe y ese intercambio se convierte en un bumerán.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia. (Mateo 5 : 7 )









Carmen Tamara

¿Cuánto necesito para ser feliz?

                
Viene a mi mente un fragmento de una vieja canción que decía algo así:

 “Soy feliz porque nada tengo, soy feliz con la luz del sol,
  con el viento que me acaricia, con la gente a mi alrededor.
  Cuando siento que en este mundo, nada puede hacerme cambiar,
  soy feliz por sentirme libre, por vivir cada día más…”

Sería genial que en el siglo XXI nos fuera posible poner en práctica aunque sea una oración del fragmento antes citado, para añadirle una nota más al diapasón de elementos que pudieran conformar la felicidad de cualquier individuo.
Pero lamentablemente no es así; no basta con tener el sol que nos calienta cuando tenemos frio, ni el viento que nos refresca cuando sentimos calor, ni darle gracias a Dios por vivir un día más.
En fin, esos pequeños detalles los pasamos por alto ante la necesidad imperiosa de trabajar como esclavos para hacerle el juego al consumismo, como si fuéramos a vivir para siempre. Yo quiero compartir con ustedes una fábula, que  quizás ya muchos  la conocen, pero creo que ilustra a la perfección lo antes planteado:

                   El círculo del noventa y nueve

Un rey muy triste tenía un sirviente que se mostraba siempre pleno y feliz. Todas las
mañanas, cuando le llevaba el desayuno, lo despertaba tarareando alegres canciones de juglares. Siempre había una sonrisa en su cara, y su actitud hacia la vida era serena y alegre.
Un día el rey lo mandó llamar y le preguntó:

 -Paje, ¿cuál es el secreto?
-¿Qué secreto, Majestad?
-¿Cuál es el secreto de tu alegría?
-No hay ningún secreto, Alteza.
-No me mientas. He mandado cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
-Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo.
Tengo a mi esposa y a mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, estamos vestidos y alimentados, y además Su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas que nos permiten darnos pequeños gustos. ¿Cómo no estar feliz?
-Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar --dijo el rey- Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba furioso, no conseguía explicarse cómo el paje vivía feliz así, vistiendo ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le preguntó:
-¿Por qué él es feliz?
-Majestad, lo que sucede es que él está por fuera del círculo.
-¿Fuera del círculo? ¿Y eso es lo que lo hace feliz?
-No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
-A ver si entiendo: ¿estar en el círculo lo hace infeliz? ¿Y cómo salió de él?
-Es que nunca entró.
-¿Qué círculo es ese?
-El círculo del noventa y nueve.
-Verdaderamente no entiendo nada.
-La única manera para que entendiera sería mostrárselo con hechos.
-¿Cómo?
- Haciendo entrar al paje en el círculo. Aunque nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo, si le damos la oportunidad, entrará por sí mismo.
-¿Pero no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
-Si se dará cuenta, pero no lo podrá evitar.
-¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo y de todos modos lo hará?
-Tal cual, Majestad. Si usted está dispuesto a perder un excelente sirviente para entender la estructura del círculo, lo haremos. Esta noche pasaré a buscarlo. Debe tener preparada una bolsa de cuero con noventa y nueve monedas de oro.
Así fue El sabio fue a buscar al rey y juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. El sabio guardó en la bolsa un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no le cuentes a nadie cómo lo encontraste".
Cuando el paje salió por la mañana, el sabio y el rey lo estaban espiando. El sirviente leyó la nota, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció. La apretó contra el pecho, miró hacia todos lados y cerró la puerta.
El rey y el sabio se acercaron a la ventana para ver la escena. El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa, dejando sólo una vela y había vaciado el contenido de la bolsa.
Sus ojos no podían creer lo que veían: ¡una montaña de monedas de oro! El paje las tocaba las amontonaba y las alumbraba con la vela. Las juntaba y desparramaba, jugaba con ellas...
Así, empezó a hacer pilas de diez monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres, cuatro, cinco pilas de diez... hasta que formó la última pila: ¡nueve monedas! Su mirada recorrió la mesa primero, luego el piso y finalmente la bolsa.
"No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
"Me robaron -gritó-, me robaron, ¡malditos!” Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas. Corrió los muebles, pero no encontró nada. Sobre la mesa como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había noventa y nueve monedas de oro.
"Es mucho dinero -pensó- pero me falta una moneda. Noventa y nueve no
es un número completo. Cien es un número completo, pero noventa y nueve no”.
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, tenía el ceño fruncido y los rasgos tensos, los ojos se veían pequeños y la boca mostraba un horrible rictus.
El sirviente guardó las monedas y mirando para todos lados con el fin de cerciorarse
de que nadie lo viera, escondió la bolsa entre la leña. Tomó papel y pluma y se sentó a
hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar para comprar su moneda número cien?
Hablaba solo en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla; después, quizás no necesitaría trabajar más. Con cien monedas de oro un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas de oro se puede vivir tranquilo.
Si trabajaba y ahorraba, en once o doce años juntaría lo necesario. Hizo cuentas: sumando su salario y el de su esposa, reuniría el dinero en siete años. ¡Era demasiado tiempo!
Pero, ¿para qué tanta ropa de invierno?, ¿para qué más de un par de zapatos? En cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio volvieron al palacio.
El paje había entrado en el círculo del noventa y nueve. Durante los meses siguientes,
continuó con sus planes de ahorro. Una mañana entró a la alcoba real golpeando las puertas y refunfuñando.
-¿Qué te pasa? -le preguntó el rey de buen modo.
-Nada -contestó el otro.
-No hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
-Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría Su Alteza, que fuera también su bufón y juglar?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.


La mayoría de nosotros hemos sido educados en esta psicología: siempre nos falta algo para estar completos y sólo entonces podremos gozar de lo que tenemos: siempre nos faltan "cinco centavos para el peso".
Nos enseñaron que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca podemos gozar de la vida.
Otra cosa sería si nos diéramos cuenta así de golpe, de que nuestras noventa y nueve
monedas son el cien por ciento de nuestra fortuna, de que no nos falta nada, de que nadie se quedó con lo nuestro.
Es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que por codicia, arrastremos el carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados.
Un engaño para que nunca dejemos de empujar, sin ver los enormes tesoros que tenemos alrededor, aquí y ahora.
Añoramos lo que nos falta y dejamos de disfrutar de lo que tenemos. Viva el  presente,  siempre es hoy…








Carmen Tamara


 
              



lunes, 22 de mayo de 2017

Hasta que la muerte nos separe


                   Hasta que la muerte nos separe


 Esta frase parece ser extraída de un melodrama ¿verdad? Creo que es más que eso: es algo así como un pacto de lealtad que se hace con alguien o algo.
En el caso puntual de los varones, lo hacen desde la pubertad con la función sexual que cumple el pene. Es como si le dijeran a su compañero de guerra: ¡me debes obediencia  y tienes que estar firme cada vez que te lo ordene, sin olvidar jamás que las órdenes se cumplen y no se discuten! ¿Dígame señor si estoy en lo cierto?...   
¿Pero qué pasa cuando se rompe ese pacto?...   
                                             
¡Si, eso mismo que está pensando, me refiero a la disfunción sexual eréctil! Como decimos los cubanos,  ¡Candela!  Pero es una realidad que le sucede a los varones  y se puede desencadenar en cualquier etapa de su vida sexual por diversas razones.
Mi objetivo con este artículo no es hablarle acerca de la caída en combate de su compañero de guerra; lo que en verdad me motiva es comentarle lo útil que puede resultar su pareja o compañera de ocasión, si usted se muestra menos egoísta y más sensato ante el problema.
De seguro que podría  minimizar el efecto psicológico que, le produce no poder impedir el desacato de su compañero una vez dada la orden de: ¡Firme! y verlo caer deshonrosamente sin poder evitarlo.
No crea ni por un segundo que me estoy burlando de su desgracia por llamarla de algún modo, porque el tema  al igual que usted, merece todo mi respeto. Lo que me gustaría es sugerirle algunos consejillos para que no se sienta tan mal con usted mismo, ni con su pareja ante el suceso.

                                     

                                       El problema


La disfunción eréctil, como dije en el párrafo anterior, puede estar motivada por diversas razones a tener en cuenta. Pero el 80 % de los casos se producen por causas orgánicas.
Se puede clasificar en disfunción eréctil leve, moderada, y grave, según la afectación que padece el paciente. Enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el colesterol alto, obesidad, síndrome metabólico se hallan entre la mayoría de los padecimientos orgánicos causantes de este padecimiento.
Por eso le aconsejo lo que sigue:
1- Visitar a un facultativo de la especialidad si el evento se ha repetido en otras ocasiones.
2- Hágalo sin complejos, al final usted es el más beneficiado. Y si no se anima ir solo, pídale a su pareja que le acompañe, así se sentirá más seguro.
3- Evite los encuentros fortuitos, ya que usted no puede predecir cómo va a responder su compañero a la hora del combate… ¡quizás se comporte como todo un héroe! ¿pero qué pasa si no es así?  Es mejor no correr el riesgo, ¿verdad?
4- Tal vez usted es un adulto mayor que presenta este”problema” y se halla en proceso de iniciar una nueva relación de pareja.
Puede ocurrir que su nueva compañera se muestre lo suficientemente interesada por usted como para no salir corriendo al enterarse, pero para evitar sustos, sería viable que en sus primeras citas intercambiaran caricias, besos y demás sin llegar al coito, con el objetivo de que usted vaya ganando confianza en sí mismo.
Incluso… ¡Hable con ella acerca del asunto, de forma natural y sin tabúes, mucho más si tiene intenciones serias con esa dama! Mire, ¡creo que vale la pena arriesgarse! 
Conociendo un poquito de la psicología de los machos, varones y masculinos, quizás usted piense ahora: ¡Esta mujer está loca! ¿Cómo le voy a contar a mi compañera sin antes haber tenido sexo con ella? ¡Un guerrero samurai no muere así!

Créame que no hay nada de locura en lo que digo, sino todo lo contrario. Si usted prefiere correr el riesgo e ir al encuentro sexual por primera vez con una mujer sin tener en cuenta cuál sería su reacción  en caso de que su compañero no le responda, demuestra con esa actitud que no es un gran estratega, además, está poniendo en riesgo la posibilidad de un segundo encuentro con ella.
¿Se ha preguntado usted cuantas ideas negativas podrían pasar por la mente de esa mujer, creando una atmósfera desfavorable para sus intenciones con ella? Conociendo muy bien la psicología de las féminas porque soy mujer, le aseguro que serían muchas esas ideas negativas.
 Y si por casualidad la dama no es muy segura de sí misma o padece de algún complejo de inferioridad, puede quedar muy confundida, al extremo de poner en duda lo que usted siente hacia ella o en el peor de los casos, llegar a dudar de su masculinidad.   
Es por eso que debería tomar alguna medida inteligente para evitar un caos y minimizar el malestar para ambos, aunque en eso le vaya un poco el orgullo masculino. Porque en verdad, a los hombres no les agrada para nada hablar de este asunto ni siquiera con su mejor amigo, mucho menos con la mujer que pretenden. Pero es mejor precaver que tener que lamentar, ¿no?...
5-En el caso del hombre que tiene una relación estable y de repente comienza a presentar problemas eréctiles con su pareja (y fíjese bien que dije con su pareja),  si no padece de ninguna enfermedad que  lo propicie o el problema no está relacionado con un triángulo amoroso,  me gustaría aconsejarle: Hágale saber a su pareja cuán importante ella es para usted, sobre todo sexualmente.
¡Mire, ni por un segundo las mujeres podemos imaginar….que el motivo de la disfunción eréctil está relacionada con otra fémina, porque en verdad le garantizo… que usted va a estar en un problema… ¡ Y MUY GRAVE!...en el peor de los casos, lo pueden convertir a usted y a su pene, en un triángulo y no es justamente en el de las Bermudas…
¡Sea sensato y sincero con ella y no piense que el problema es solo suyo! Compártalo con su pareja; al final el sexo lo disfrutan entre ambos, ¿no?
Además, no olvide que las relaciones sexuales deben ir más allá de la penetración. Existen diversas maneras de satisfacer sexualmente a una mujer que todo hombre adulto debe conocer.
No pretendo para nada, darle clases de sexología, no es de mi interés; para eso están los sexólogos y el Kama Sutra. Pero si quiero recomendarle que en caso de fallo,  usted  pudiera continuar haciendo lo que queda de la tarea, en vez de irritarse por lo sucedido. Mire amigo, si ella es inteligente y lo quiere a usted, de seguro que lo va apoyar hasta el final, pero no olvide cerrar la puerta de las dudas.
Gracias por leer este artículo. Me gustaría saber qué piensa usted acerca del tema en cuestión…
           









 Carmen Tamara

  





martes, 16 de mayo de 2017

La vida es interconexión

                                                Estar conectados

En la práctica, la vida consiste en el modo en que nos relacionamos con una enorme cantidad de eventos que están sucediendo y en los cuales estamos envueltos, a veces por elección, a veces sin desearlo y a veces sin siquiera saberlo.
Pero estos eventos de los cuales formamos parte se relacionan a su vez con otros muchos, de diferentes escalas, algunos muy sencillos y otros descomunalmente abarcadores.
Incluso nuestra propia existencia como seres vivientes no es más que el resultado de una intrincada red de procesos celulares, bioquímicos y físicos, por lo cual nuestra aparentemente simple existencia es, sin exagerar un ápice, un proceso de proporciones cósmicas. ¡Y esto es lo que sabemos por el momento, hay mucho más aún oculto!
En fin, formamos parte de redes de procesos interconectados unos con otros, de manera compleja y aunque nuestra conciencia no sirve para, ni puede estar al tanto de todo esto, sí estamos dotados de la capacidad de enfocarnos en cualquier evento que nos interese y con ello, actuar ejerciendo nuestra voluntad consciente y, no de manera irresponsable ni automática.
Cuando por algún motivo nuestra conexión con alguna o varias de estas redes de las que formamos parte es deficiente, sea con nuestra familia, entorno laboral o sencillamente con nuestro entorno natural, como ocurre al alimentarnos mal, fumar o llevar una vida demasiado sedentaria, nuestra vida marcha mal.
Con frecuencia, aunque nos damos cuenta de que algo en nosotros no está bien, nos perdemos entre una multitud de causas y causantes, pues estamos entrenados para apreciar objetos y hechos secuenciales, no movimiento.
Y es que para apreciar una danza, no hay que enfocarse tanto en los bailarines, sino en el baile en sí.
Pero es mejor explicar con ejemplos.


                       
     Cuando la salud se resquebraja

Es uno de los padecimientos más frecuentes de la época moderna: la hipertensión. Afecta mayoritariamente a mayores de 40 años.
En cuanto se acude al médico, recomiendan comer bajo de sal, no abusar del pan, las grasas y las comidas rápidas, de las bebidas carbonatadas y evitar el estrés.
Al intentar comprender que nos sucede, nos hacemos un lío. ¿Cómo comenzó todo? ¿Es nuestra
hipertensión resultado de una mala alimentación o de la vida tan agitada de estos tiempos? ¿O por el contrario: nos alimentamos mal producto de la agitación en que vivimos?  ¿Es tal vez resultado de los nuevos cambios organizativos en nuestro empleo que ahora requieren de una mayor responsabilidad y eficiencia?
Pero también: ¿no será resultado de las tensas relaciones que estamos viviendo con  nuestra pareja? ¿O será al contrario: nuestra hipertensión y mal humor están tensando nuestra vida de pareja y esto desencadena nuestros problemas laborales?
¿Y no serán las dificultades de nuestros hijos verdaderamente las causantes de todo? Ellos que están sufriendo los altos costos de las matrículas universitarias y la inseguridad en las calles…
¿Y que decir de los problemas políticos del país, el elevado costo de la canasta familiar y hasta los veranos cada vez más insoportables?
¿Cómo quiere el médico que con tantos problemas le dediquemos tiempo a hacer ejercicios, alejarnos del estrés y gastar el dinero que no tenemos en una alimentación adecuada?
Lo que ocurre luego, en la mayoría de los casos, es que nos precipitamos en una espiral desenfrenada donde cada vez nos desequilibramos más y si antes padecíamos de hipertensión, al poco tiempo nos volveremos cardiópatas, obesos, diabéticos y estaremos recibiendo tratamiento para la ansiedad.
Y nuestros hijos nos rehuirán, en el trabajo nos la pasaremos ofreciendo excusas y la relación con nuestra pareja se hará cada vez peor.
¡Y el país y el cambio climático que se las arreglen como puedan, bastante tenemos ya con nuestros propios problemas!
En esencia: nos hemos vuelto absolutamente desequilibrados.

                    Somos redes, no objetos.

Sucede que para casi todos nuestros asuntos cotidianos aún entendemos al mundo de manera intuitiva: como un conjunto de objetos que se relacionan entre sí en un orden secuencial y jerárquico.
Incluso el conocimiento formal en las escuelas se basa en estas nociones intuitivas.
Sin embargo, en las últimas décadas un conocimiento más general y menos ligado al mundo aparente mostrado por los sentidos, ha demostrado ser muchísimo más poderoso y útil. Un conocimiento que nos muestra aquello del mundo que no es accesible directamente por los sentidos y se rige por reglas más generales.
Los resultados están a nuestro alrededor: desde la energía nuclear hasta INTERNET, la ingeniería genética o los teléfonos inteligentes.
Resulta que lo primario no son los objetos, sino los procesos, asociados unos a otros en forma de redes.
Todo está interconectado, cada red de manera específica, con su tiempo propio, donde lo que sucede en un nodo se refleja en toda la red y es absurdo, carece de sentido entonces, pretender aislar las partes interconectadas.
Es por eso que en el ejemplo citado, resulta imposible aislar al individuo que presenta hipertensión de todos los eventos y procesos en que se haya involucrado: forman un todo interconectado donde cualquier desequilibrio se refleja en toda la red.
Y por tanto debe ser tratado de manera holística, integral, facilitando el regreso espontáneo al equilibrio .
Porque los procesos se auto-organizan en sistemas y todos los sistemas cuentan con capacidad de auto-regulación.
Como sucede con cada ser humano. Basta equilibrar sus relaciones con todo aquello en que participa para que se reajuste y vuelva a un comportamiento equilibrado, colaborando a su vez que esos propios procesos a los que está enlazado retornen a un funcionamiento óptimo. En nuestro ejemplo, su familia, el empleo, el medio social.
Aunque muy actual y demostrado, este enfoque es milenario. Está presente en la medicina china, en el yoga, en las culturas ancestrales de los pueblos aborígenes de América.
Es pues, un retorno a lo que debemos ser, parte consciente e integrante de un Universo enlazado, cambiante y auto-regulado.
Pero… ¿qué normas generales pueden ayudarnos a vivir en equilibrio, conectados con lo que existe?

 Cinco recomendaciones prácticas para vivir en armonía.

1.- Aunque parezca una tontería, todo comienza con aprender y practicar el control de la respiración. La única de las funciones vegetativas básicas que se puede controlar voluntariamente.
El aprendizaje de técnicas de respiración profunda le permite al instante salir de situaciones de pánico o estrés continuado. Su práctica regular tiende a normalizar todo el metabolismo, las funciones cardiovasculares, digestivas y el equilibrio neuro- motor.
El control de la respiración es la llave del auto-control de la mente y el cuerpo.
2.- Aprenda a detener el diálogo inconexo que todos llevamos con nosotros mismos y nos sitúa en construcciones puramente mentales, ubicadas en el pasado o en el futuro distrayéndonos  de la realidad del presente.
El Silencio Interior es además la puerta del “Conocimiento Interno”, todo el conjunto de “saberes” orgánicos mediante los cuales nuestro cuerpo se controla a sí mismo y que habitualmente es bloqueado y distorsionado por la “conversación interior”.
Además, el “Conocimiento Interior” nos conecta con todos los campos y formas de movimiento del Universo de manera autónoma y adecuada, sin necesidad de participación consciente.
3.-Practique ejercicios físicos de manera regular. Con ello entrena su mente - cuerpo a funcionar del modo en que ha sido concebido, garantizando el equilibrio mental y fisiológico.
Lleve una alimentación basada en productos naturales, en especial frutas, vegetales, frutos secos, grasas no saturadas y fuentes de proteínas y minerales. No coma en exceso, es preferible quedar con algo de deseos que exagerar.
4.-Ejercite y desarrolle la “atención consciente”, esto es enfocar sus sentidos de manera voluntaria y en silencio mental, en aquello que ha decidido hacerlo, garantizando placenteramente y sin esfuerzo alguno,  la captación de la mayor cantidad de información posible del entorno, con lo cual sus decisiones serán igualmente óptimas.
5.-La más importante de todas las propiedades de la conciencia humana es ejercer la Voluntad consciente, esto es el libre albedrío ejercitado desde la plena conciencia de los actos propios y aceptando la plena responsabilidad por los mismos.
Recuerde que la muerte es lo único seguro en esta vida y el azar (que sí existe) nos acecha a cada instante para bien o para mal. por lo cual es imperdonable no estar atentos a la realidad y permitirse errores simplemente por actuar a la ligera, de manera irresponsable.


 ¡Usted no es un objeto! ¡Es su conectividad!

Es poco inteligente un modo de vida que implique aislarse de los demás. Por el contrario, la sociedad, como el resto del Universo, se conforma por redes interconectadas.
Todos tenemos posibilidades y capacidades para trabajar y cooperar en grupo. Esto significa en la práctica, conectarnos a estas redes.
Hay que saber ser útil a los demás para recibir a cambio. Conectarse a redes donde sus miembros, a su vez se expandan a otras redes igualmente activas y con múltiples conexiones, hace que usted mismo, como parte de esa interconexión se expanda hasta límites insospechados.
Por otra parte, revise sus participación en muchas otras redes en que posiblemente sin ejercer su voluntad consciente, es utilizado como instrumento por intereses personales y grupales, chupando sus energías sin que usted obtenga ganancia o progreso real.
 Manténgase informado, instrúyase, tome partido, huya de los medios hegemónicos, de los falsos paradigmas que convierten al prójimo no en un hermano sino en un competidor.
No se deje arrastrar por las “conexiones tóxicas”, diga no a todas las adicciones, no sea esclavo de su celular, acostumbre a familiares y amigos a contactarlo en momentos y horarios adecuados y tome medidas para prever emergencias.
No se vuelva esclavo de las redes sociales ni documente su vida hasta el último detalle.
El ciberespacio en realidad es una bendición, la oportunidad de conectarnos unos con otros y acceder a un gigantesco conocimiento patrimonio de toda la especie, pero ejerciendo siempre su voluntad consciente, no la de otros y  mucho menos por dependencia o para asesinar al tiempo.


Recuerde que todo se mueve y tenga en cuenta que el baile nunca se detiene para esperar por usted




 





 Rey

Un café juntos y felicidades a las madres.

                                   Algo de mí y un saludo en un día especial

Hola, amigos y amigas que nos visitan: Hoy no vamos a publicar ningún artículo acerca de los temas que habitualmente tratamos en nuestro blog.
Más bien quiero intimar un poquito con ustedes y dejarles entrar a la antesala de mi vida profesional y juntos disfrutar de una charla acompañados de una taza de café. ¡Claro, usted con la suya y yo con la mía, ja ja!  Mientras le cuento en primera persona algunos detalles acerca de mi vida en el mundo de la música; en otra ocasión, les prometo hablarles de otros asuntos … sentimentales, ja ja…¡ Pues claro que si lo hago ¡
 Antes de comenzar, quiero  felicitar a todas las mujeres que son madres y también a las que no lo son, porque considero que toda mujer es una madre en potencia. Llegue a todas ustedes un abrazo bien apretado de mi equipo de trabajo, 50ymasvida y de estas humilde servidora.  
Ayer domingo 14 de mayo, fue nuestro día de las madres, por lo menos aquí en  Latinoamérica lo celebramos el segundo domingo del mes en curso. Pero si usted amiga vive en Europa, quizás no se siente aludida, porque por allá lo celebran en otra fecha que por cierto, creo que ya pasó no?...¡ Pero que caray, igual la felicito y le envío un abrazo por ser mujer y no importa en qué lugar de este mundo se encuentre.  
Para comenzar, quiero referirme al audiovisual que en breve le vamos a mostrar, que aunque no contó con el presupuesto deseado, todos los que en el colaboramos de una forma u otra lo hicimos con el corazón. Como creadora del tema que exhibe el vidrio, me hubiese gustado que, la producción  estuviera en los estándares de realización del mercado…¡ Pero con que se sienta la cucaracha amigos!, ja ja.
Aunque igual me siento bendecida y le doy gracias a  Dios por eso. Soy de la opinión de, que siempre habrá tiempos mejores y la fe amigos mueve montañas. Quién sabe, si más adelante Dios nos ayuda y podamos hacer algo más digno para mostrarles a ustedes.
Pues bien, como ven, la composición musical forma parte de mi currículum. He escrito alrededor de diez canciones…
Vamos, en verdad no son muchas, pero en realidad no llevo mucho tiempo componiendo;
más bien le he dedicado todo el tiempo al oficio de hacer arreglos musicales para otras agrupaciones incluyendo la mía propia. He tocado con varias orquestas femeninas y me he presentado en diversos escenarios tanto en Cuba como en el extranjero, haciendo nuestra música cubana.
Cuando estoy inspirada me siento al piano o tomo mi guitarra y escribo un par de canciones, pero tengo que estar motivada para que las musas me visiten.  También  imparto clases de música, en una de las universidades más importantes de mi país. Y los fines de semana trabajo con mi quinteto de música tradicional….Ahora, me gustaría dejar de hablar de mi misma, y mencionar a Luis Daniel, el cantante que interpretó mi canción, titulada Para Cuando Vuelvas, en el video que en breve le vamos a mostrar. Este chico, es uno de mis alumnos de canto y es talentoso y dedicado. Por eso accedí a que hiciera el tema… Espero que lo disfruten.
Gracias por el tiempito que les robe para compartir conmigo esta charla mientras degustamos de una taza de café. A mí en particular me gustó. ¿ y a usted?
Sigan el siguiente enlace a  Facebook  y podrán disfrutar del video:













Carmen Tamara


lunes, 8 de mayo de 2017

En Alas de la Fantasía



Fantasías sexuales

¿Considera usted, a la fantasía sexual una buena aliada para disfrutar con mejor calidad del sexo con su pareja? ¿Quienes acuden más a la fantasía como recurso en la relación sexual, los hombres o las mujeres? 

A través del tiempo, disfrutar de sus fantasías sexuales ha sido para las mujeres algo mal mirado, un tabú,  quizás,  desde la aparición misma de la Eva mitocondrial.  
Los motivos, son bien conocidos, pero creo que vale la pena refrescar algunos.
Consideradas históricamente como el “sexo débil“, aún hoy, sobre todo en sociedades menos desarrolladas económica y culturalmente, las mujeres aprendemos desde temprana edad cual será el rol que más tarde jugaremos en la vida.
 El hombre, como patriarca, se reserva el puesto de proveedor por excelencia y la mujer, además “de… “, estará disponible para la procreación y la dirección doméstica de la familia y la casa, acciones que la gran mayoría de las mujeres desempeñamos con destreza y habilidad, como si hubiésemos nacido diseñadas para eso.
Ese rol de “objeto doméstico” es una de las razones por las cuales muchas mujeres reprimen el deseo de fantasear sexualmente con su pareja,  ya que lo ven como algo innecesario  y en muchas culturas y religiones ni siquiera es bien mirado.

El órgano sexual más importante que tenemos los seres humanos no son justamente los genitales, aunque muchos consideren lo contrario.  Es el cerebro, todas nuestras vivencias se procesan y almacenan allí;  unas se quedan para siempre y otras, con el paso del tiempo, desaparecen.
Es el cerebro quien controla toda nuestra fisiología, de él parten las señales de mando que intervienen en la secreción de hormonas y la imaginería creada por las fantasías sexuales son un potente desencadenante de la actividad sexual, además de una obvia fuente de disfrute, para ambos sexos.
Los varones en particular,  tienen la necesidad casi fisiológica de crear imágenes sexuales que se construyen a través de la observación visual  y la utilizan  para lograr una erección exitosa, firme y constante.
Quizás hay muchos hombres que al leer este artículo pensaran: ¡Claro… no es lo mismo “abrir la boca”, que “levantar el brazo”, por eso tenemos que recurrir a la imaginación!  Y las féminas  estamos de acuerdo con eso.
 Pero es que la fantasía sexual para el sexo masculino es tan importante como alimentarse, estimula su potencia y virilidad  y gracias a ella, es muy difícil que un hombre sano no logre el orgasmo. Sin embargo en la mujer es diferente.


 Alguien dijo y de seguro fue un caballero conocedor de la psicología femenina que no hay mujeres frígidas, sino hombres incapaces. ¿Qué hay de cierto en esto?….Bueno, mientras usted piensa en la respuesta, yo sigo haciéndole nuevas preguntas.
¿Cree usted válido que las féminas debamos desarrollar nuestras propias fantasías sexuales o solo son los caballeros quienes tienen derecho a ellas?
Creo que sería muy bueno para conservar una relación de pareja duradera  que las mujeres le demos más importancia a ese recurso: ¡Señora, es más importante que lo que habitualmente creemos!
A la vez que facilita el acto sexual, nuestro propio disfrute, a su vez, estimula al varón. Y por que no,  sirve para auto motivarnos a nosotras mismas.
Consciente estoy  que no son todas las mujeres quienes fantasean sexualmente con su pareja y esas que lo hacen, tienen menos riesgo de no lograr un orgasmo placentero, a diferencia de las que carecen o prescinden de fantasías sexuales.
 En el sexo entre un hombre y una mujer no deben existir reglas, pero  sí los juegos sexuales, ya que los mismos estimulan la libido en ambos.
Los juegos sexuales favorecen y forman parte de la fantasía erótica de la pareja, la cual se hace más efectiva y necesaria con el paso de los años, mucho  más cuando se ha vivido mucho tiempo con una misma persona.
En fin, sería genial que, cada miembro de la pareja le comunique al otro cuales son las cosas que más disfruta y cuáles no, sin tabúes y  con mucho respeto por la preferencia del otro.
Los varones deberían de ser más románticos, eso nos gusta a casi todas las mujeres… y pensar menos en el pene a la hora de una relación sexual, ya que el sexo, es mucho más que “eso”…, me refiero a la penetración vaginal.
Las mujeres, por nuestra parte, deberíamos  ser menos inhibidas  y más sexuales…disfrutar y mostrar como somos.
Si tenemos unas kilitos de más o de menos, no debemos de acomplejarnos por eso; tal vez ese detalle, es el que menos le importa a su pareja, por algo aún usted le gusta.

 No olvide señora, que los hombres  son fetichistas por naturaleza y quizás lo que más le gusta de usted, nada tiene que ver con ese peso de menos que todas deseamos tener…
¡Si, esos kilos que tal vez le sobran… de los que usted siempre se queja;  sobre todo, a la hora de t
ener sexo… y ni siquiera se da cuenta, que al rechazarse a usted misma le está creando un ruido en el sistema a su pareja!… ¡Atención con esas actitudes!... Así como algunas mujeres fingen placer en el sexo para obtener el amor de un hombre, también algunos hombres fingen amor para obtener los favores sexuales de su pareja; entonces mienten y nos dicen aquello que deseamos escuchar aunque no lo sientan.
En mi humilde opinión, en el amor, la guerra, y la fantasía sexual ¡VALE TODO!,  siempre y cuando, no les hagamos daño a nuestra pareja de forma psicológica, social  o físicamente y no pongamos en riesgo nuestra salud mental. Todos los recursos que faciliten la continuidad de la especie humana, creo que son necesarios y válidos en este mundo terrenal.

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Carmen Tamara




      

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  Carmen Tamara