lunes, 9 de octubre de 2017

Tolerancia cero a la violencia contra las mujeres.




                                       

                             No a la violencia de género.
                                                                                                                             

"Me gustas cuando callas porque estas como ausente”.


Esta frase suena genial para el poema dentro del cual fue concebida, pero no para el tema que vamos a tratar hoy.

Esto, tomado de otro poema, me gusta más:

 ¨No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber¨.
Conocí el rostro de la violencia doméstica a través de mi padre. Lo vi  golpear a mi madre más de una vez sin un móvil aparente. ¡Claro, yo era muy pequeña para discernir en los motivos por lo cual la golpeaba. El era alcohólico.

 El maltrato en contra de la mujer constituye un grave problema de salud y una violación de los derechos humanos de las féminas.

 Existe gran diversidad de artículos y audiovisuales en la internet que muestran los efectos psicológicos que dejan en las victimas el abuso o maltrato en cualquiera de sus manifestaciones. Por esa razón y otras no menos importantes, de seguro hay que seguir insistiendo en el tema, mostrando y demostrando que si se puede acabar con este flagelo o por lo menos intentar reducir el número de víctimas que mueren a diario, a manos de sus conyugues u otras personas .

Datos publicados por la OMS indican que alrededor de una de cada tres mujeres (35%) en el mundo han sufrido violación física y / o sexual o han sido víctimas de actos violentos en algún momento de sus vidas.

 ¡Señores, ojo con esto, esa cifra no es nada despreciable!  Creo que es un deber social y humano de quienes utilizamos estos medios alternativos como herramienta de trabajo, el hacernos eco de esta triste realidad, denunciándola a todos los niveles posibles con  el objetivo de crear conciencia.



El 38% de los asesinatos de mujeres  que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina. Como dije anteriormente, la violencia ejercida contra las mujeres afecta negativamente su salud física, mental y reproductiva y aumenta la vulnerabilidad al VIH.

Es de vital importancia conocer y reconocer cuales son los factores asociados a un mayor riesgo de verse envuelto en  actos violentos.

Podemos destacar el bajo nivel de instrucción de las víctimas o de los victimarios en algunos de los casos, el haber estado expuesto al maltrato infantil  o escenas de abuso en la familia, el uso nocivo del alcohol y las drogas, actitudes de aceptación de violencia y las desigualdades de género  así como  la falta de gestión de algunos estados para crear leyes  que castiguen con fuerza a los infractores que cometan delitos de esta índole.

¿Qué medidas debemos tomar en la educación de nuestros hijos para que no sean víctimas ni victimarias una vez que sean adultos?

  La personalidad del individuo comienza a aflorar desde su niñez; por tanto los padres y maestros en conjunto con las organizaciones sociales  donde vivimos, debemos asumir la responsabilidad de crear en los niños valores morales desde edades tempranas, para que en la etapa de adultos sean personas de bien para la sociedad.

 Estoy consciente que no bastan solo las buenas intenciones de las familias y de los centros educacionales para formar a un mejor ser humano, sobre todo en países subdesarrollados donde los índices de violencia y pobreza están al mismo nivel.

Países como Egipto o no pocos del África subsahariana, donde se practica la ablación del clítoris o se explota el trabajo femenino, son tristes ejemplos del abuso contra la mujer , mayormente una herencia de la ignorancia , la extrema pobreza y el colonialismo .

Sin embargo, en un área geográfica mucho menos pobre e ignorante, como América Latina, las formas de maltrato y crímenes contra la mujer son endémicas, basta citar los ejemplos de Centroamérica o México, donde ser mujer ya es casi un problema.

 Hace falta que todas las personas de bien tomemos conciencia del peligro que constituye este flagelo para la humanidad en pleno siglo 21 y hagamos todo lo posible para que la justicia hable más alto que la violencia. 
 Para eso es necesario que las féminas aprendamos a no callar, ni aceptar ningún acto de abuso doméstico ya sea físico, sexual o psicológico y mucho menos si viene del hombre que dice amarnos: la violencia jamás será sinónimo de amor. ¡Señora, no se deje engañar  con falsas filosofías retrogradas y  machistas!

¡Aprendamos a querernos, para que nuestra pareja nos respete!

Es de vital importancia para las féminas, crear estrategias destinadas a aumentar la emancipación económica y social, ya que somos más vulnerables a sufrir maltratos de todo tipo por vivir en sociedades machistas,  especialmente en países subdesarrollados.

La micro financiación unida a la formación en cuanto a igualdad de género  así como las iniciativas comunitarias dirigidas contra la desigualdad de sexo o tendientes a mejorar las actitudes para las relaciones interpersonales, han demostrado una cierta eficacia para reducir la violencia de pareja.

Las situaciones de conflicto bélico, posconflicto y desplazamientos pueden agravar la ocurrencia de actos violentos, entre ellos, los que se ejecutan por parte de la pareja  y dar lugar a  otras formas adicionales de abuso en contra la mujer.



Me place concluir este post con un poema de Walt Whitman, el cual se lo quiero dedicar a todas las mujeres que luchan desde sus trincheras para minimizar el índice de violencia de género; para esas que no se conforman con seguir aguantando el maltrato doméstico y confían en sí mismas para emanciparse.
También para todas aquellas  que aún siguen sufriendo abusos en silencio por parte de sus parejas,  en especial para una amiga que fue asesinada en México por las manos de su propio esposo. 
¡Tania, a tu memoria va este poema!



El poema dice: 



No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

 sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.



No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías

sí pueden cambiar el mundo.



Pase lo que pase nuestra esencia está intacta,

somos seres llenos de pasión.

 La vida es desierto y oasis,

nos derriba, nos lastima, nos enseña,

nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.



Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: 

tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.

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Carmen Tamara.