martes, 16 de mayo de 2017

La vida es interconexión

                                                Estar conectados

En la práctica, la vida consiste en el modo en que nos relacionamos con una enorme cantidad de eventos que están sucediendo y en los cuales estamos envueltos, a veces por elección, a veces sin desearlo y a veces sin siquiera saberlo.
Pero estos eventos de los cuales formamos parte se relacionan a su vez con otros muchos, de diferentes escalas, algunos muy sencillos y otros descomunalmente abarcadores.
Incluso nuestra propia existencia como seres vivientes no es más que el resultado de una intrincada red de procesos celulares, bioquímicos y físicos, por lo cual nuestra aparentemente simple existencia es, sin exagerar un ápice, un proceso de proporciones cósmicas. ¡Y esto es lo que sabemos por el momento, hay mucho más aún oculto!
En fin, formamos parte de redes de procesos interconectados unos con otros, de manera compleja y aunque nuestra conciencia no sirve para, ni puede estar al tanto de todo esto, sí estamos dotados de la capacidad de enfocarnos en cualquier evento que nos interese y con ello, actuar ejerciendo nuestra voluntad consciente y, no de manera irresponsable ni automática.
Cuando por algún motivo nuestra conexión con alguna o varias de estas redes de las que formamos parte es deficiente, sea con nuestra familia, entorno laboral o sencillamente con nuestro entorno natural, como ocurre al alimentarnos mal, fumar o llevar una vida demasiado sedentaria, nuestra vida marcha mal.
Con frecuencia, aunque nos damos cuenta de que algo en nosotros no está bien, nos perdemos entre una multitud de causas y causantes, pues estamos entrenados para apreciar objetos y hechos secuenciales, no movimiento.
Y es que para apreciar una danza, no hay que enfocarse tanto en los bailarines, sino en el baile en sí.
Pero es mejor explicar con ejemplos.


                       
     Cuando la salud se resquebraja

Es uno de los padecimientos más frecuentes de la época moderna: la hipertensión. Afecta mayoritariamente a mayores de 40 años.
En cuanto se acude al médico, recomiendan comer bajo de sal, no abusar del pan, las grasas y las comidas rápidas, de las bebidas carbonatadas y evitar el estrés.
Al intentar comprender que nos sucede, nos hacemos un lío. ¿Cómo comenzó todo? ¿Es nuestra
hipertensión resultado de una mala alimentación o de la vida tan agitada de estos tiempos? ¿O por el contrario: nos alimentamos mal producto de la agitación en que vivimos?  ¿Es tal vez resultado de los nuevos cambios organizativos en nuestro empleo que ahora requieren de una mayor responsabilidad y eficiencia?
Pero también: ¿no será resultado de las tensas relaciones que estamos viviendo con  nuestra pareja? ¿O será al contrario: nuestra hipertensión y mal humor están tensando nuestra vida de pareja y esto desencadena nuestros problemas laborales?
¿Y no serán las dificultades de nuestros hijos verdaderamente las causantes de todo? Ellos que están sufriendo los altos costos de las matrículas universitarias y la inseguridad en las calles…
¿Y que decir de los problemas políticos del país, el elevado costo de la canasta familiar y hasta los veranos cada vez más insoportables?
¿Cómo quiere el médico que con tantos problemas le dediquemos tiempo a hacer ejercicios, alejarnos del estrés y gastar el dinero que no tenemos en una alimentación adecuada?
Lo que ocurre luego, en la mayoría de los casos, es que nos precipitamos en una espiral desenfrenada donde cada vez nos desequilibramos más y si antes padecíamos de hipertensión, al poco tiempo nos volveremos cardiópatas, obesos, diabéticos y estaremos recibiendo tratamiento para la ansiedad.
Y nuestros hijos nos rehuirán, en el trabajo nos la pasaremos ofreciendo excusas y la relación con nuestra pareja se hará cada vez peor.
¡Y el país y el cambio climático que se las arreglen como puedan, bastante tenemos ya con nuestros propios problemas!
En esencia: nos hemos vuelto absolutamente desequilibrados.

                    Somos redes, no objetos.

Sucede que para casi todos nuestros asuntos cotidianos aún entendemos al mundo de manera intuitiva: como un conjunto de objetos que se relacionan entre sí en un orden secuencial y jerárquico.
Incluso el conocimiento formal en las escuelas se basa en estas nociones intuitivas.
Sin embargo, en las últimas décadas un conocimiento más general y menos ligado al mundo aparente mostrado por los sentidos, ha demostrado ser muchísimo más poderoso y útil. Un conocimiento que nos muestra aquello del mundo que no es accesible directamente por los sentidos y se rige por reglas más generales.
Los resultados están a nuestro alrededor: desde la energía nuclear hasta INTERNET, la ingeniería genética o los teléfonos inteligentes.
Resulta que lo primario no son los objetos, sino los procesos, asociados unos a otros en forma de redes.
Todo está interconectado, cada red de manera específica, con su tiempo propio, donde lo que sucede en un nodo se refleja en toda la red y es absurdo, carece de sentido entonces, pretender aislar las partes interconectadas.
Es por eso que en el ejemplo citado, resulta imposible aislar al individuo que presenta hipertensión de todos los eventos y procesos en que se haya involucrado: forman un todo interconectado donde cualquier desequilibrio se refleja en toda la red.
Y por tanto debe ser tratado de manera holística, integral, facilitando el regreso espontáneo al equilibrio .
Porque los procesos se auto-organizan en sistemas y todos los sistemas cuentan con capacidad de auto-regulación.
Como sucede con cada ser humano. Basta equilibrar sus relaciones con todo aquello en que participa para que se reajuste y vuelva a un comportamiento equilibrado, colaborando a su vez que esos propios procesos a los que está enlazado retornen a un funcionamiento óptimo. En nuestro ejemplo, su familia, el empleo, el medio social.
Aunque muy actual y demostrado, este enfoque es milenario. Está presente en la medicina china, en el yoga, en las culturas ancestrales de los pueblos aborígenes de América.
Es pues, un retorno a lo que debemos ser, parte consciente e integrante de un Universo enlazado, cambiante y auto-regulado.
Pero… ¿qué normas generales pueden ayudarnos a vivir en equilibrio, conectados con lo que existe?

 Cinco recomendaciones prácticas para vivir en armonía.

1.- Aunque parezca una tontería, todo comienza con aprender y practicar el control de la respiración. La única de las funciones vegetativas básicas que se puede controlar voluntariamente.
El aprendizaje de técnicas de respiración profunda le permite al instante salir de situaciones de pánico o estrés continuado. Su práctica regular tiende a normalizar todo el metabolismo, las funciones cardiovasculares, digestivas y el equilibrio neuro- motor.
El control de la respiración es la llave del auto-control de la mente y el cuerpo.
2.- Aprenda a detener el diálogo inconexo que todos llevamos con nosotros mismos y nos sitúa en construcciones puramente mentales, ubicadas en el pasado o en el futuro distrayéndonos  de la realidad del presente.
El Silencio Interior es además la puerta del “Conocimiento Interno”, todo el conjunto de “saberes” orgánicos mediante los cuales nuestro cuerpo se controla a sí mismo y que habitualmente es bloqueado y distorsionado por la “conversación interior”.
Además, el “Conocimiento Interior” nos conecta con todos los campos y formas de movimiento del Universo de manera autónoma y adecuada, sin necesidad de participación consciente.
3.-Practique ejercicios físicos de manera regular. Con ello entrena su mente - cuerpo a funcionar del modo en que ha sido concebido, garantizando el equilibrio mental y fisiológico.
Lleve una alimentación basada en productos naturales, en especial frutas, vegetales, frutos secos, grasas no saturadas y fuentes de proteínas y minerales. No coma en exceso, es preferible quedar con algo de deseos que exagerar.
4.-Ejercite y desarrolle la “atención consciente”, esto es enfocar sus sentidos de manera voluntaria y en silencio mental, en aquello que ha decidido hacerlo, garantizando placenteramente y sin esfuerzo alguno,  la captación de la mayor cantidad de información posible del entorno, con lo cual sus decisiones serán igualmente óptimas.
5.-La más importante de todas las propiedades de la conciencia humana es ejercer la Voluntad consciente, esto es el libre albedrío ejercitado desde la plena conciencia de los actos propios y aceptando la plena responsabilidad por los mismos.
Recuerde que la muerte es lo único seguro en esta vida y el azar (que sí existe) nos acecha a cada instante para bien o para mal. por lo cual es imperdonable no estar atentos a la realidad y permitirse errores simplemente por actuar a la ligera, de manera irresponsable.


 ¡Usted no es un objeto! ¡Es su conectividad!

Es poco inteligente un modo de vida que implique aislarse de los demás. Por el contrario, la sociedad, como el resto del Universo, se conforma por redes interconectadas.
Todos tenemos posibilidades y capacidades para trabajar y cooperar en grupo. Esto significa en la práctica, conectarnos a estas redes.
Hay que saber ser útil a los demás para recibir a cambio. Conectarse a redes donde sus miembros, a su vez se expandan a otras redes igualmente activas y con múltiples conexiones, hace que usted mismo, como parte de esa interconexión se expanda hasta límites insospechados.
Por otra parte, revise sus participación en muchas otras redes en que posiblemente sin ejercer su voluntad consciente, es utilizado como instrumento por intereses personales y grupales, chupando sus energías sin que usted obtenga ganancia o progreso real.
 Manténgase informado, instrúyase, tome partido, huya de los medios hegemónicos, de los falsos paradigmas que convierten al prójimo no en un hermano sino en un competidor.
No se deje arrastrar por las “conexiones tóxicas”, diga no a todas las adicciones, no sea esclavo de su celular, acostumbre a familiares y amigos a contactarlo en momentos y horarios adecuados y tome medidas para prever emergencias.
No se vuelva esclavo de las redes sociales ni documente su vida hasta el último detalle.
El ciberespacio en realidad es una bendición, la oportunidad de conectarnos unos con otros y acceder a un gigantesco conocimiento patrimonio de toda la especie, pero ejerciendo siempre su voluntad consciente, no la de otros y  mucho menos por dependencia o para asesinar al tiempo.


Recuerde que todo se mueve y tenga en cuenta que el baile nunca se detiene para esperar por usted




 





 Rey

18 comentarios:

  1. De cierta manera, somos infinitos, aunque no tengamos consciencia de ello. Nuestra realidad se expande tanto como estemos conectados con otros, con las conexiones de otros, con las interconexiones sociales, económicas y culturales. Pero por dentro de uno, ocurre otro tanto con el medio natural y hasta con la biosfera. Estar integrados a lo que existe es algo dinámico, intencional. Nos hace crecer. Frank, LA. USA.

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  2. Excelente, de verdad. Gracias.
    Eddy

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  3. Dejar de sentirse un 'yo' pequeñito, falible y lleno de temores y en cambio saberse parte de una conexión infinita que abarca todo el Universo es el camino a la liberación. Gracias.
    Nadia, Montevideo Uruguay

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  4. El hecho de saber que somos parte de una gigantesca trama interconectada además de darnos poder efectivo, nos libra además de encerrarnos en esa idealización de un "yo" aislado y con límites precisos de que se habla en este artículo, lo cual en última instancia es la principal causa subjetiva de nuestros malestares personales.
    Expandir la conciencia no es solo abstraerse en una meditación con amplio vuelo de imaginería. Es también (y más importante quizás) tomar conciencia de todas esas redes en que de una manera u otra estamos conectados y en las que tenemos casi siempre una posibilidad de participación consciente, acorde a nuestros intereses.
    Incluso si esa capacidad de actuar en determinados casos es tan mínima que es despreciable, tenemos entonces casi siempre la opción de desconectarnos y dejar de gastar energs en algo inútil.
    Afortunadamente, la mayoría de las veces las redes en las que participamos nos aportan beneficios. Estar conscientes y participar de manera intencional es pues nuestra mejor opción.
    Bien por insistir a favor de lograr el equilibrio interno e externo de nuestro cuerpo y nuestra mente.
    Darío, BsAs

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  5. Soy Marta, Mexico DF. En este artículo, yo veo más el valor práctico en las cosas de la vida diaria. Es muy importante estar bien relacionado y conectarse de múltiples modos. Nadie puede lograrlo todo por sí mismo, dependemos unos de otros. Y en un mundo con elevada organización y alta especialización del trabajo hay que buscar la manera de relacionarse tanto individualmente como los grupos a que pertenecemos para lograr progresar. Porque es cierto eso que escribieron otros foristas de que centrarse en sí mismo lo hace a uno pequeño. Y yo agregaría la palabra "insignificante".

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  6. Interconectarse implica tráfico en ambos sentidos: de un nodo al otro, eso por cada dos nodos que participan en la red. En el caso de personas uno debe aportar algo útil a los demás con que se conecta. Hay quien olvida esto y pretende "vivir del cuento", que los demás le resuelvan su problema por su linda cara, su facilidad de palabra o sencillamente a la fuerza y así no funcionan las cosas. Hay que tener algo "conque negociar" esa conexión, aportar para que te aporten.
    Sergio, Ingeniero.
    La Habana.

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  7. Hola a todos, soy Mariana, de Barcelona. Solo quería recomendarles el libro "La telaraña de la vida", de Fritjof Kapra. Está disponible en Internet gratuitamente, en PDF. Gracias.

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  8. Mi nombre es Victor. Hay personas a quienes se les da facil conectarse a otros o a ciertos asuntos, tienen esa habilidad. Tal vez pueda entrenarse o desarrollarse de algun manera esta capacidad ?

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  9. Un buen artículo, lo felicito. Es importante que las personas conozcan de la interdependencia de las partes de algo que funciona como un todo

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  10. saludos, soy una practicante de meditación y gracias a esto y a llevar una alimentación saludable, sin exceso de grasas, azúcar ni demasiadas proteínas me he logrado recuperar de una displasia. Es cierto que somos parte de una inmensa red que lo conecta todo. Si estamos conscientes de esto nos hacemos un gran bien a nosotros mismos. Y por tanto a los demás. Graciela, Argentina.

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  11. Una visión moderna y práctica de la realidad. Es muy útil pensar en términos de que somos tan amplios como nuestra capacidad de conectarnos. Buen artículo.

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  12. Interesante y culto.

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  13. Muy bien este contenido. Corresponde con la manera actual de entender lo que llamamos "realidad" como un conjunto de redes interconectadas e interdependientes, cada una con su propia topología. A pesar de lo preliminar del escrito (para un público general) enfatiza ciertos aspectos prácticos para cualquier persona, pues a todos nos interesa tener salud, progresar económicamente y gozar de buenas relaciones humanas y el entendimiento de la vida individual de cualquiera de nosotros como parte de la interconexión múltiple en las que estamos envueltos nos ayuda a ganar conciencia y mejorar nuestra vida.
    Evidio Fuentes
    Profesor universitario.
    Valladolid, España

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  14. Es que el propio Universo es una gran red !!! Y el ser hummano debe tener conciencia de ello. Aida, Colombia

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  15. Muy científico esto, pero interesante. me parece que conectarse con los demás hace mucha falta para todo. Yo trato de estar conectada siempre que puedo para saber de mis amistades. Yurima.

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  16. El gran problema de la sociedad moderna es que la gente se aisla uno de otros, hay una gran desconexion en cuanto a lo fundamental del ser humano, mientras que el exceso de conectividad está dirigido ahacia asuntos puramente banales. Lorenzo

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  17. Todo es una gran telaraña, como la web. en definitiva, los hombres no hacemos más que copiar a la naturaleza.
    Leonardo. Argentina

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  18. En la medida que uno desarrolla la capacidad de sntir que forma parte de un todo interconectado,disminuyen las tensiones de la vida diaria, mejora la salud, se limita el ego y se adquire equilibrio mental y emocional. Gracias. Norberto Paneque Guzmán, Ciudad Mexico.

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