viernes, 15 de febrero de 2019

Más allá de la Distancia (II)



En la primera parte de este artículo, nos quedamos cuando se encuentran Amelia y Gerardo en los Estados Unidos.
Como es obvio, Amelia está consciente que el haber callado sobre la enfermedad y muerte de su hijo le traería confrontaciones muy severas con Gerardo, pero esta vez, está decidida a contarle toda la verdad a riesgo de perderlo para siempre. Además, no le quedaba otra opción, ¿no?
Gerardo, que nunca estuvo ajeno a la patología ni mucho menos al fallecimiento de su hijo, utiliza la falta de confianza de Amelia hacia él para justificar sus acciones en relación a la nueva familia que ya tenía en los Estados Unidos (una mujer y dos hijos) prefiriendo que sea ella quien abra el juego para sentirse menos culpable. ¡ESO ES CANDELA!
Al Gerardo confrontarla sobre las verdades que le ocultó, la relación entre ellos se fragmentó, al extremo, que no obtuvo el apoyo de Gerardo y ella no contaba siquiera con familiares ni amigos que la socorrieran en ese país.
De repente esta mujer de veinticinco años se vio deambulando por las calles de Miami muy angustiada, por la situación tan estresante que estaba viviendo. Indocumentada y con un montón de sueños rotos, tomó el camino más fácil: prostituirse y traficar con drogas para salir adelante. Ese mundillo le dio la posibilidad de conocer a muchas personas, unas buenas y otras de malas conductas.
Debido a la mala vida que llevaba la detuvieron en una redada, costándole dos años de cárcel.
No fue entonces, sino hasta que salió de la prisión, que supo de las fechorías de Gerardo y su doble moral. La noticia la tiró nuevamente contra la lona, pero esta vez no estaba sola, ya que contaba con el apoyo incondicional de Rafael, un guardia de seguridad del penal que según ella me cuenta, se enamoró a primera vista. ¡Menos mal, del lobo un pelo!
Amelia, lo primero que me dijo acerca de Rafael, fue que el tipo era un gran hombre, lo denomina su ángel guardián; puesto que la ayudó en todo desde el principio y más que nada, a lidiar con la eterna depresión que la acompañaba.
Fueron muchas las cosas que pasaron en la vida de esta cubana en muy poco tiempo en ese país, en el cual pensó que alcanzaría su gran realización. Y hasta cierto punto no estaba muy distante de la verdad, porque en la actualidad, Amelia es una mujer de bien que logró formar una hermosa familia junto a Rafael, con el cual tiene una hija muy querida y admirada por todos.
De Gerardo, no quiso saber nada más, aunque fueron muchos los años que tuvieron que pasar para lograr sacar afuera la rabia que la consumía por dentro por su actitud tan inmoral.
El amor, que por ella siente Rafael, se convirtió en el antídoto perfecto para curar las heridas que dejaron en su corazón las malas decisiones que tomó en el pasado.
Quiero darle las gracias a esta persona de la cual estoy muy agradecida de tenerla en mis contactos por confiar en mí, para que yo pudiera a través de este post, compartir contigo un pasaje de su vida…que bien pudo ser el tuyo, o el mío.
Amelia, te deseo en este año 2019 que el amor, la salud y la buena fortuna sean contigo.
Autora: Carmen Tamara