lunes, 26 de marzo de 2018

Elena de mis recuerdos



Elena de mis recuerdos: un espectáculo con aciertos y desaciertos




Sábado 10 de Marzo: en este día hice algo diferente en mi rutina cotidiana, ya que me dispuse a visitar el teatro América; tal vez motivada por la propaganda radial y televisiva que estos medios le hicieran, al homenaje por el 90 aniversario de vida de la gran Elena Burke. Reconocimiento más que merecido por su trayectoria artística.

(Elena… De mis recuerdos), así se llamó el espectáculo que (por segunda vez), se presentó en la sala del mencionado teatro con todas  las localidades vendidas… algo que no imaginé que pasaría, en verdad les soy sincera.

Es que a veces olvidamos la capacidad de alcance que tienen los medios de difusión para promocionar (productos o servicios) en este caso, se trababa de un producto artístico…

Les confieso señores que, me quedé sin entradas, y las tuve que comprar en las afueras del teatro a sobreprecio.



Aciertos y desaciertos del espectáculo.



¡ATENCION!. La observación la hago como espectadora, (No soy periodista ni musicóloga).

Lázaro Caballero, sin lugar a dudas, es uno de los directores más prestigiosos y respetados en los medios de difusión como (la radio), por su capacidad y conocimientos acerca de programaciones musicales.

Pero no es lo mismo dirigir un programa radial como ¨El exitazo de cinco a siete¨, que dirigir un espectáculo musical en vivo.

La selección de los artistas, estuvo bien balanceada; en una escala del 1 al 10 le otorgo 9. Pero no así al repertorio que interpretaron algunos de esos artistas.

Hubo momentos de baja en el espectáculo provocando bostezos en algunos espectadores y el abandono de la sala por otros.

A mi juicio no había diversidad de géneros, por eso en ocasiones el espectáculo se tornó  lineal.

Si algo bueno tuvo Elena y hay que destacarlo, es que ella fue capaz como intérprete de pasear su voz por diversos géneros y estilo de la música cubana y uno de ellos fue justamente el Son…el cual se escuchó muy poco en el espectáculo.

 ¡Y no sé por qué, si en el elenco habían intérpretes de la talla de Haila María, ( por cierto,  interpretó una sola canción cuando otras artistas hicieron más de dos) que bien podía haber hecho una magnífica interpretación de cualquiera de los temas movidos que en vida, la Señora Sentimiento cantó.  

Otro desacierto, fue la falta de información para el público en el momento preciso, de los nombres de algunos artistas (no conocidos) que también conformaron el elenco. Y que sólo fueron mencionados fugazmente, en una de las dos o tres ocasiones en que apareció en escena la presentadora. Llegando demasiado tarde la información y provocando en algunos espectadores una cierta confusión; al extremo, que vi algunas personas preguntarle al de al lado:

-¿Y este (a) quién es? Y el otro responder:

-¡Qué sé yo!...

Afortunadamente no paso lo mismo con las figuras conocidas, puesto que todos los que estábamos allí presentes, sabíamos quiénes eran.

Pero en el caso de los no conocidos, sí necesitan ser presentados en el momento en que entraban o salían de escena, para ser identificados. Sobre todo, por las brillantes interpretaciones que en algunos de los casos, hicieron estos artistas, sin que muchos espectadores nos lleváramos a casa el nombre de estos  jóvenes talentos.

Con el respeto que merece Lázaro Caballero  como director del espectáculo, considero que ese fue un error, imperdonable. 

¿Y qué podemos decir de la escenografía y el diseño de luces? ¡Sin comentarios, señores!

Es una pena, que estas instalaciones no cuenten con los recursos necesarios, para brindarle a la comunidad que tanto lo necesita, actividades culturales. Y de esa forma estaríamos rescatando esos espacios ociosos que permanecen más tiempo cerrados que brindándoles un servicio útil a los pobladores de la comunidad.

Creo que Elena merecía, además del respeto de todos los cubanos, que otras instituciones con cierto poder tecnológico como RTV Comercial también se involucraran en el proyecto, con el objetivo de apoyarlo con los recursos necesarios para que el impacto del homenaje que, con tan buenas intenciones a alguien se le ocurrió, quedara digno del respeto a esa gran artista.

Pero bueno, son cosas que pasan y este es un buen pretexto para que todas las entidades que tienen que ver con proyectos artísticos que se presentan en instalaciones como el teatro América y no cuentan con los recursos necesarios, sientan la responsabilidad de aportar su granito de arena en ocasiones venideras. Y de seguro, los pobladores de la cuidad lo van agradecer con su asistencia a las distintas actividades que se programen, dispuestos a pagar la entrada, al precio que sea, pero con el confort que lleva la puesta en escena.

¿Qué puedo decir acerca del tiempo de duración del espectáculo? Sin tener conocimientos técnicos de dirección artística, creo que estuvo un poco largo: dos horas y tanto, ¡mucho tiempo!

 Hubo momentos en que se tornó un tanto tedioso, aunque cada artista dio de sí lo mejor, para rendirle culto a la cancionera más grande que ha dado este país.

 Tal vez, con hora y treinta, a mucho reventar, hubiesen dado en la diana…es mejor dejar al público con deseos que saturarlo.

Ahora vamos a destacar los aciertos que tuvo como dirección, el equipo comandado por Lázaro Caballero.

Hablé al principio de la selección del elenco artístico…fue genial. Pudimos disfrutar de las brillantes actuaciones de figuras bien establecidas como: Ivette Cepeda, Heidy Chapman, Arlenys, Osdalgia, y la legendaria Anaís Abreu.

Creo que a mi juicio faltó una cantante que muy bien podía integrar ese brillante elenco, me refiero a Yaima Sáez, por demás, es una excelente contralto como lo fue Elena, claro está… salvando las distancias.

Otro acierto del señor Lázaro Caballero; fue que la gran mayoría de los músicos, dígase cantantes e instrumentistas, eran jóvenes. Ese es un detalle de admirar, porque el repertorio que se hizo, en su totalidad, pertenece a la música cubana del siglo XX. Y todos, lo hicieron con un nivel muy alto de profesionalidad…

Qué decir del sexteto Vocal Retro que representó musicalmente el trabajo de los cuartetos  y en el cual también Elena incursionó en su paso por las D’Aidas, contribuyendo por demás, a su formación como vocalista: ¡Señores, fue excelente!

Qué manera de trabajar la dinámica, los reguladores, la afinación, la dicción. En fin, esos jóvenes me dejaron SIN PALABRAS.

Hubo otro instante en el espectáculo que también me dejó muy entusiasmada y fue ver a través de la magia  de la tecnología figuras tales como: Aymee Nuviola, Malena Burke, el gran Meme Solís (el más cuartetero, de los cuarteteros) y figuras no menos importantes, que ya no están físicamente entre nosotros y otras, que ya no radican en este país.

Estoy casi segura, que todo el público allí presente, agradeció el regalo antes mencionado que nos tenían reservado el equipo de producción. Ese fue un gran acierto. ¡Mis respetos y felicitaciones para todo el equipo!

Pero el mejor de todos los aciertos y el más emotivo, lo reservaron para el final…y me refiero al plato fuerte de la noche: la actuación especial de Farah María.

Para mí, fue una carta de triunfo a favor de la dirección artística al utilizarla como estrategia para cubrir cualquier imperfección que pudiera ocurrir, en el transcurso del espectáculo.

Miren, cuando sonaron los primeros compases de ese  gran tema (El Recuerdo de aquel largo Viaje) que tan dignamente ella defendió en el festival de Sopot, los que estábamos en la planta alta, nos pusimos de pie… porque no la veíamos en el escenario.

 En mi caso, me di cuenta que ella estaba cantando desde la platea, cuando el seguidor enfocó un área de la misma, y la pude ubicar visualmente. Y como todos, los allí presentes, encendí el móvil para  tomar evidencia de lo que estaba pasando con una artista que ya pasa de los 70 años y sigue siendo para muchos cubanos, la Farah de siempre. Admirada y respetada por su público; no solamente por las personas que como yo, tienen más de 50, sino también por muchos jóvenes que, entusiasmados los vi tomando imágenes. Tal vez hechizados por el carisma que aún sigue trasmitiendo en la pista, la Gacela de Cuba.

Por eso si alguien me preguntara que fue lo más acertado en ese espectáculo, sin lugar dudas respondería: la presentación de Farah.  

Señores… es que ella fue un icono de la canción en la década de los 80 (a pesar de no contar con una voz muy extensa), pero si con un carisma inconfundible.

 Además, fue un símbolo de la sensualidad de la mujer cubana en aquella época; una verdadera criollita de Wilson. No había otra artista mujer en Cuba, que la pudiera superar:  ¡Era ella, LA MISMISIMA, original y sin copia!  

Para las mujeres de mi generación, Farah marcó algunos estilos en la moda, muchas queríamos parecernos a ella.

¡Y qué decir de los hombres de mi generación, que muchos se volvían locos con su presencia.

 Recuerdo que yo tenía una amiga, que le apagaba el televisor al esposo cada vez que Farah salía en un programa. Esas cosas sólo pasaban con ella: ¡señores esto es en serio y no en sirio!

En verdad me dio mucha alegría verla; creo que por encima de sus 70 años aún sigue siendo una mujer sencilla y muy atractiva; capaz de mover multitudes aunque ya no esté de moda. Eso es lo que yo llamo… ser un artista de pueblo. ¡Nada, que cuando yo sea grande, quiero ser como ella!.

Felizmente, los cubanos que vivimos en la isla, agradecemos desde el corazón que todavía podamos contar físicamente con artistas de la talla de Farah, Omara; y muchos otros, que aunque ya no viven en Cuba, siguen defendiendo la buena música cubana en cualquiera de los escenarios de este mundo donde la presentan, con mucha dignidad.

Por todo y todos, estoy más que agradecida. Pertenezco una generación que sabe apreciar la buena música.

Quiero concluir con una frase célebre para agasajar a todas  las mujeres que de una forma u otra fueron homenajeadas en ese espectáculo. Por eso les dejo como regalo al final del artículo, un fragmento de la presentación que hiciera la Gacela de Cuba…  


Como mujer, no tengo país. Como mujer, mi país es el mundo entero.

                                                                                                    Virginia Wolf.


Gracias.





 Carmen Tamara.
 

                             


        
   

               
    
   

           

domingo, 18 de marzo de 2018

La importancia de la confianza en las relaciones interpersonales






Voy a comenzar este post, con un fragmento del texto de la canción que da título a la película ¨El día que me quieras¨, con el objetivo de utilizarlo como telón de fondo para presentar el tema que a continuación vamos tratar en el artículo de hoy: Las promesas y sus consecuencias positivas o negativas.


Dice el texto de la canción:

El día que me quieras,

la rosa que engalana,

se vestirá de fiesta,

 con su mejor color.

Y al viento las campanas,

dirán que ya eres mía,

y locas las fontanas,

 se contarán su amor.

Esta canción completa es preciosa, sobre todo por su línea melódica y las imágenes poéticas que nos trasmite el texto. Evidentemente, se trata de una promesa de amor en su totalidad, que cualquiera de nosotros podríamos hacer o recibir.

 Nuevamente vuelvo a retomar la figura del gran cantor argentino Carlos Gardel, con el fragmento de la canción que mostré; ya lo hice recientemente en uno de los últimos artículos que publiqué y creo que en ambas ocasiones, valió la pena hacerlo.

 Volviendo al tema que nos ocupa, se me ocurre hacerle una pregunta:

¿Cómo cree usted que se sentiría una  persona que confió  en alguien, que no pudo cumplir lo que prometió?

Desgraciadamente,  las promesas no cumplidas ponen en la cuerda floja la confianza que los demás han depositado en nosotros. Por tanto, es mejor que no prometas y no que prometas y no cumplas, no dejes que tu boca te haga pecar.

Por eso, es importante que las promesas que hagamos, estén dentro de nuestras posibilidades reales, así estaríamos más cerca de cumplirlas.

Miren, les cuento. Hace un par de años, yo comencé a salir con un enamorado, el cual parecía ser el ¨hombre ideal¨, incluso para el gusto de una mujer exigente.

Aquel hombre, aparentemente caballeroso, guapo y lleno de detalles, me prometió además de la luna,  todas las estrellas que existen en el firmamento. Que él me haría la mujer más feliz, que madre haya traído a este mundo. ¡Realmente eso suena muy bien a los oídos de cualquier fémina!  ¿O me equivoco? ¿Qué dicen las mujeres?

¡Amigos, les soy sincera, casi que le creo!  Ya que todo parecía estar perfecto tal como él lo dibujaba. Pero el tiempo se encarga de ponerlo todo en su lugar y así fue que la verdad salió a flote, porque la mentira tiene piernas cortas.

 Lo  único que era cierto en todo lo que me prometió ese caballero, es que juntos comenzaríamos a escribir un libro que solo uno de los dos terminaría, y así fue.  Todo lo demás, incluyendo hasta su propio nombre de pila fue ¨Lo que el Viento se llevó¨.

Las personas como este señor, que comenten errores de tal magnitud porque prometen lo que no pueden cumplir, además de necesitar ayuda psicológica, penosamente son dignos de lastima, ya que piensan que son más importantes ante la mirada de los demás construyendo castillos de arena que el paso del tiempo puede desmoronar con facilidad.   

¿Por qué comprometerme con todo lo que me piden?

Pienso que una persona sensata sabe decir NO en el momento apropiado, ya con esa actitud, estará protegiendo su imagen de las huellas de carácter emocional o espiritual, que ocasionan en los demás las promesas incumplidas o deshechas. Sucede, que cumplir lo prometido se puede ver afectado por asuntos ajenos a nuestra voluntad, pero de igual modo, podríamos ser juzgados.

Si en el terreno laboral, su jefe le promete algo relacionado con un ascenso a un puesto superior o un aumento salarial por el buen desempeño de su trabajo y no lo cumple, no solo está violando un procedimiento legal respecto a algo que tal vez a usted, le pertenece por derecho propio. También está poniendo en riego su capacidad de liderazgo y el respeto que le deben los subordinados.  Y eso es una mala señal para ambas partes.

Ya que usted dejará de confiar en su jefe y si él se respeta lo suficiente, de seguro se sentirá fatal al ver su palabra en tela de juicio.

 En el área de los sentimientos y me refiero a las relaciones interpersonales, también debemos ser cuidadosos y sobre todo realistas con las promesas que hagamos, Y esto es válido tanto para quien la hace como para quien la recibe.

Y lo digo, porque a veces comenzamos una relación amorosa con alguien que al principio nos resulta muy apasionada. Al sentirnos a gusto con el beneficio espiritual que nos proporciona, hacemos promesas que después no podemos cumplir. Porque olvidamos que las pasiones son como las flores, que viven solamente una alborada. Es decir, que pueden apagarse en cualquier momento y no encenderse nunca más.

Entonces pregunto: ¿Qué hacemos con los pedazos deshechos de los sentimientos  mutilados de esa persona, a la cual le prometimos y no  le pudimos cumplir por entero? ¿Y cómo queda nuestra imagen después de esa decepción?

Es muy complejo responder esa pregunta con exactitud, ya que depende de muchos factores.

Supongamos el siguiente ejemplo: Un padre le promete a su hijo que le va a regalar unas vacaciones en un lugar especial si el joven obtiene calificaciones  de excelente como estudiante. Pero ese padre, que siempre ha cumplido con todo lo que ha prometido a ese hijo, esta vez, se ve imposibilitado porque se ha quedado sin empleo y por esa razón, no puede asumir el costo del viaje.

Hay dos factores aquí que debemos tener en cuenta:

a) ¿Cómo se sentirá el padre con esta situación?

 b) ¿Cuál sería la reacción emocional de ese hijo que se esforzó tanto, para al final, no obtener el premio que su padre le prometió? ¿Qué piensa usted?

 Yo soy madre y creo que responder a esas preguntas puede resultar tan difícil, como determinar la cifra exacta de operaciones numéricas que se pueden realizar en una calculadora, ya que cada persona es un mundo.

 Si la relación entre ellos es excelente, de seguro que la imagen de ese padre no se va a desvalorizar ante su hijo por no cumplir en esa ocasión con la promesa, pues nunca antes le falló y más, si ese hijo no es una persona egoísta. ¡Pero bien que podría resultar lo contrario!

Felizmente, en casos similares al ejemplo mostrado,  las promesas no cumplidas no tienen por qué establecer una dicotomía en las relaciones interpersonales.

En mi humilde opinión, no existe mejor receta que disfrutar el presente junto a las personas que amamos, sin dejar nada en el pasado, ni tampoco promesas (a corto o a largo plazo) para el futuro. ¡Pues si no hay promesas, tampoco hay reclamos!

 Debemos estar conscientes que todo en esta vida tiene fecha de vencimiento y por esa razón, no debemos aferrarnos como un salvoconducto a la eternidad, a nada, ni a nadie. El tiempo, señores, es el metrónomo perfecto para medir las acciones relacionadas con nuestra vida cotidiana.

Desconfianza y Promesas.

¡Atención a todos los padres! Hay que ser muy cuidadosos con las consecuencias que podrían traer la disolución de la pareja  y como esto afectaría los vínculos con nuestros hijos, en especial en relación con las promesas que les hagamos y las posibilidades reales de cumplirlas.

Hay muchos hombres que al formar otra familia tienden a olvidar los deberes contraídos  con los demás hijos nacidos de relaciones anteriores, no cumpliendo adecuadamente con su función, al extremo de poner en riesgo el amor y su credibilidad como padres.

De tal manera, las promesas incumplidas a los hijos, generarán en ellos desconfianza hacia sus progenitores. Esta podría manifestarse incluso como conductas inadecuadas cuando en algún momento le advirtiésemos seriamente sobre determinados asuntos relacionados con valores morales o patrones a seguir, pues no confiarían en nosotros.

 Es muy importante  que prediquemos con el ejemplo para crear confianza, para que no se cumpla ese viejo refrán que dice: ¨haz lo que yo digo y no hagas lo que yo hago¨.

 Y eso es lo que pasa cuando exigimos a alguien lo que no somos capaces de hacer. Creo que deberíamos como padres, ser un evangelio vivo para nuestros hijos, y así, estaríamos garantizando el respeto que nos deben como adultos que somos.

Las personas mayores al igual que los niños, necesitan sentirse seguros, por eso es de vital importancia la confianza que le debemos brindar para su estabilidad emocional, sobre todo, cuando les hagamos promesas.

Me gustaría concluir este post con una cita de Aristóteles que dice: ¨Las virtudes más grandes son aquellas que más utilidad reportan a las otras personas¨.

Lo invito a que usted, que junto conmigo, reflexionemos y seamos portadores de esas utilidades, ya que resultan  necesarias sobre todo en estos tiempos, donde preservar la especie humana debe ser el objetivo primario de cada persona que habita este mundo.

 Gracias  







Carmen Tamara