La importancia de la autoestima

               

                 Conócete a ti mismo…. y quiérete

Después de haber vivido más de medio siglo,  parece que ya todo está hecho y no nos queda mucho por hacer. Es solo apariencia.

Ciertamente,  no podemos volver el tiempo atrás pero sí podemos cambiar algunas cosas y volver a empezar, nunca es tarde para nada.

Quizás en este momento no has valorado lo suficiente quien eres, lo que has hecho hasta ahora y, mucho menos tu capacidad de hacer algo especial con el futuro que te aguarda, como un cuaderno sin estrenar.

Todo es posible y si la vida te da una oportunidad de hacer algo por ti mismo, es criminal desaprovecharla, sobre todo si es por cobardía y desconfianza en uno mismo.

Es imprescindible para ti afianzar tu autoestima. Convéncete de que no hay NADIE como tú. No hay NINGUNA razón para que te dejes caer al fondo del vaso.

Aún si eres exigente y al valorarte  encuentras demasiados defectos o todo un historial de errores, debes de quererte a ti mismo.

                 
  

 Puedes ser mejor. Y apreciarte a ti mismo.

Eres un ser vivo único, con derecho a la vida y sobre todo con voluntad para hacerse mejor si se lo propone. Para valorarse uno mismo correctamente, primero tiene que quererse, para que incluso con una auto-valoración negativa, encuentre las fuerzas y los resortes necesarios para mejorar como ser humano.

Quiero compartir contigo algunas recomendaciones: sólo debes ponerlas en práctica y veras los resultados. ...al final estamos en el mismo barco, ¿no?
Si tienes tu autoestima baja y te parece que las cosas buenas no llegan a tu vida, es que tú no las dejas llegar, siempre creerás que no las mereces porque te sientes inferior a los demás.
Saca de tu mente todo aquello que no te sirve,  que te ahoga,  que te arrastra como un peso sin sentido. Conserva lo que sabes que es excelente, lo que te gusta y te hace sentir feliz.
¿Te has puesto a observar a esas personas que las demás quieren y admiran? Y mi pregunta es: ¿Qué tienen ellos que no tengas tú?

Desde luego, no se trata de equiparar capacidades objetivas de cada cual en diferentes terrenos, pero con mucha frecuencia, casi nada diferencia a una persona de éxito de otra con semejantes capacidades y que no lo alcanza:

Sólo una autoestima bien alta hará que todas las personas a tu alrededor vean tus cualidades y logres triunfar.
Seguramente mereces amar y ser amado lo mismo que cualquier otra persona. Permite que las cosas buenas que hay en ti que, pueden ser tus ojos, tu sonrisa, tu amabilidad, imagen o inteligencia sean tu tarjeta de presentación. Hay mucho en ti para dar,  tienes que ser tu mayor fan para que los demás puedan seguirte también.
¿Sabías que seguramente hay alguien que te mira de la misma manera que tú miras a alguien a quien admiras?
En realidad son nuestras decisiones las que determinan lo que podemos llegar a ser, mucho más que nuestras habilidades.
Ya has llegado a un punto en tu vida en que tienes la sabiduría suficiente como para emprender lo que quieras admitiendo la posibilidad del fracaso. El que no arriesga no gana.

No hay un sólo proyecto que no asuste comenzar, todo nuevo comienzo, toda nueva posibilidad, toda decisión implica un desafío.
Deja de preocuparte por lo que los demás dicen o piensan de ti. Ese es su punto de vista, tan valioso como el tuyo propio y pueden ser ambos contrapuestos o complementarios. ¿Por qué los demás deben tener razón sobre ti?  Tu poder viene de tu propio interior,  es tu fuerza, y tu vida.
Si sabes cuales son tus puntos fuertes avanza con ellos por delante, con seguridad y firmeza.

" Te has estado criticando durante años, y no ha funcionando. Trata ahora de alabarte como persona a ver que pasa."

    Louise L Hay

Actúa como si lo que haces marcara la diferencia. Si lo haces, haces la diferencia. Tienes en tus manos el poder de cambiar las cosas para ti y para los demás.

Cada uno de nosotros puede hacer que la realidad sea diferente.

Si te resulta difícil relacionarte con los demás, empieza por un pequeño de gesto de amabilidad con cualquier persona ya sea en tu centro de trabajo,  en la comunidad donde vives, o en el vecindario. Sonríe, te devolverán la sonrisa. Ayuda. Te ayudarán.
Felicita,  te felicitaran.

Si estás decidido a empezar un camino útil, de bien común, comienza tú. Te seguirán.
Cada ser humano es una singularidad, una nota en una armonía universal, única e insustituible.

Si eres una persona activa, no egoísta, que se esfuerza y eres capaz de amar, tienes mucho para dar,  vales mucho, seas hombre o mujer, vales más de lo que piensas. Una vez que te lo creas y utilices tus virtudes como tarjeta de presentación, estarías en el camino correcto que hay esperando para ti.

Por último, me tomo la libertad de reproducir unos pensamientos del gran poeta norteamericano Walt Whitman, alguien a quien José Martí admiró mucho:

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.”

¡ Nunca es tarde! ... ¡Tu vida vale la pena!


 

                         

Carmen Tamara.