viernes, 5 de febrero de 2016

¿Como ven los hombres a las mujeres de 50?






   ¿Como ven los hombres a las mujeres de 50?

En este artículo me referiré solamente al atractivo que tienen las mujeres de 50 años para los varones y los aspectos psicológico y social de una posible relación de pareja donde intervenga una mujer de 50 años.
Evidentemente, una mujer de 50 años es mucho más que un ser con sexo, pero aquí nos enfocamos justo en este asunto.
¿Las consideran realmente atractivas?  La respuesta es más sencilla de lo que parece y presumo que no pocas lectoras, conocedoras de la psicología masculina, sepan ya la respuesta, pues los hombres no son para nada complicados.
Los machos de la especie humana son eminentemente pragmáticos, van derecho al objetivo, como los caballos. No les interesan las generalidades, sino los casos concretos. Sobre todo, en cuestión de mujeres. Si una mujer en específico le resulta atractiva a un hombre en particular, le importa un comino la edad, así tenga ella 20 o pase de los 50 teniendo él cualquier cantidad de años de nacido. Y esto que afirmo es un rasgo de la personalidad masculina, no un comportamiento estadístico.
Por lo tanto, si usted es una mujer que ya ha cumplido los 50 y le interesa gustar a los hombres, no se preocupe por su edad, sino por su propio aspecto.
El hombre es un animal mayormente visual, especialmente a la hora de apreciar la belleza femenina. Muchísimo más que la información proveniente de los demás sentidos, los varones utilizan los ojos para  apreciar a las mujeres. Analicemos a continuación, de manera detallada, como utilizan este sentido los hombres para fijarse en las mujeres…

                                                El conjunto

Los varones de la especie humana, al fijarse en las mujeres, no se caracterizan precisamente por su profundidad, por analizar y buscar significados.
Me explico, porque en el próximo acápite podría parecer que me contradigo y no es así: Lo que si le aseguro es que esa primera mirada es fundamental: el hombre evalúa rápido y definitivo: “aprobada” o “desaprobada”. Y luego casi nunca ocurre que cambie de opinión.
La explicación a esto radica en las diferencias evolutivas entre machos y hembras, especialmente en nuestra especie. El varón necesita evaluar rápidamente cualquier situación, sobre todo aquellas relacionadas con la supervivencia o la lucha por la hembra, algo que heredamos de nuestros ancestros en la rama evolutiva. No tiene tiempo para analizar demasiado antes de hacerse un juicio. 
Y ahora vamos con dos aspectos interesantes relacionados con esta capacidad del varón para evaluar rápidamente a la hembra: el conjunto importa tanto, que basta tan solo  crear una apariencia convincente para que la misma se vuelva determinante.
En particular, es fundamental la apariencia juvenil. Algo que deben tomar en cuenta especialmente las mujeres de 50, si es que les interesa resultar atrayentes a los varones, desde luego. O sea, no se trata tanto de ser joven como de dar la apariencia de joven. Esto es fundamental para conquistar a cualquier hombre.

En primer lugar, esto conlleva una preocupación de la mujer por cuidar su físico, su figura, su salud y su alimentación. Algo que no debe ser privativo de esta edad, sino de toda la vida, en hembras y varones. No para gustar al sexo opuesto solamente, sino en primer lugar, para ser saludables y gustarse a sí mismos.
También es determinante el  aspecto general, la ropa sencilla, de colores y motivos  alegres sin resultar chillones y de corte más bien juvenil que demasiado formal o corporativa, el pelo cuidado, con un peinado  ligeramente atrevido, un maquillaje discreto pero presente, que resalte sus mejores atributos, accesorios de tipo artesanal más que el derroche de prendas de oro y plata.
Basta una figura “estándar” incluso, con un aspecto juvenil como el descrito, para que la dama ya se acerque u obtenga ampliamente  la categoría de “aprobado”, tenga la edad que tenga.
Otro aspecto fundamental, es la manera de caminar. La mujer que sabe caminar como hembra, con la cabeza erguida mirando al frente, moviendo ligeramente las caderas y con esa sensualidad que las caracteriza, termina por hacer agua el cerebro del varón que las mira.
Y si él se dirige a usted, basta ese modo que tienen las mujeres de levantar la mirada desde abajo hacia arriba y luego clavarla sin pestañear en las pupilas del varón,  para taladrar profundamente la psiquis del pobre tipo y hacerlo sentir que tiene una hembra humana frente a él…
Hable en tono bajo, natural, con una insinuación de sonrisa, pausada. Y le ha propinado una tremenda estocada a la pobre víctima…digo, al varón…

              Ahí está el detalle…

Muchas mujeres creen que los hombres solo se fijan en sus senos, cintura, glúteos, caderas o en el rostro, si acaso.
Y a los 50 los senos ya dejan de estar firmes, la cintura pugna por disolverse y las arrugas resultan difíciles de disimular.
Sin embargo, prácticamente todos los hombres son fetichistas. Sobre todo los más inteligentes. Prefieren determinadas partes del cuerpo de las mujeres. Y cuando digo determinadas partes, puede ser cualquier parte del cuerpo femenino, no solo las obviamente relacionadas con la sexualidad femenina, ni aquellas dominantes según su cultura.

Esto puede resultar en un importantísimo elemento a la hora de que un hombre considere hermosa a una mujer, independientemente de la edad, el tamaño o estado de sus senos, su cintura o la tersura de su piel.
Porque desde cualquier punto de vista, incluso anatómico y sexual, una mujer es mucho más para un hombre que unos senos firmes y una cintura estrecha.
Y cada varón tiene un gusto muy particular en relación a esto. Tengo un amigo a quien le encantan las mujeres narizonas. Y otro absolutamente chiflado por las de boca grande y labios gruesos, no las cambia por ninguna otra.
En cambio, conozco que otros hombres les otorgan gran valor  a las mujeres de boca pequeña y labios finos y los hay quienes se derriten ante mujeres de clavículas salientes.
En fin, tenga por seguro que desde su propia particularidad física, cada mujer cuenta con elementos que resultan muy atrayentes a ciertos hombres.


   
           El aspecto psicológico.

La simple lógica binaria del hombre, excelente para hallar de manera expedita el camino más corto para resolver una situación, colisiona fuertemente con la capacidad de la mujer de ver una realidad más rica y compleja y este hecho es el causante de no pocas incomprensiones entre ambos sexos, cuando justamente debería ser motivo de alegría, pues resulta el mejor ejemplo de complementariedad.
Al hombre le es por lo general  incomprensible la facultad de la mujer de percibir las cosas en un contexto amplio o prestar atención al entorno que rodea determinado hecho u objeto, en vez de centrarse directamente en el mismo e ignorar lo demás, como hacen los varones.
Esta característica femenina es mucho más marcada en la juventud, cuando la mujer conforma un entorno psicológico familiar y laboral que le permita garantizar la procreación y crianza de sus hijos en un ambiente estable y seguro.
A los 50 años, la mujer ya sabe perfectamente lo que quiere y sobre todo, lo que no quiere, algo óptimo para entenderse con los varones.
En el plano sexual, la mujer de 50 ya no tiene ningún tipo de inhibiciones y disfruta del placer sexual a su manera muy personal con una libertad y gozo auténtico.
 Pero a la vez es ya una experta en tratar a sus congéneres del sexo opuesto: hagan lo que hagan estos, ellas no se asombran, no discuten, no pelean. Simplemente, sin inmutarse demasiado, toman decisiones lapidarias y ya.
Sin embargo, se muestran más comprensivas que cuando jóvenes, mesuradas, calmadas y más estables, a pesar de los cambios de humor de la menopausia.
Saben aconsejar, brindar amistad, compartir y exigir responsabilidad.
También, como es lógico, tienen ya experiencia de la vida y en la actualidad, no pocas de ellas cuentan con una  vasta preparación profesional.
Todo esto hace que las mujeres de 50 resulten mucho más compatibles con los hombres que las mujeres jóvenes. Tanto, que curiosamente, existen parejas de larga data y estabilidad compuestas por mujeres de 50 años con hombres más jóvenes que ellas.
Y si bien los matrimonios de muchos años al llegar a los 50 pueden haber caído ya en el hastío, la rutina o el enfriamiento de las pasiones, las nuevas parejas de hombre y mujer que se forman  teniendo ambos los 50, resultan por lo general ser sólidas, bien llevadas y contrario a lo que muchos pudiesen pensar, tremendamente activas en el plano sexual.
Resumiendo, en el plano psicológico, la mujer de 50 años se halla en la plenitud de la vida y para los hombres de cualquier edad, resultan más comprensibles y compatibles con su propia psicología que las de cualquier otra edad. Y por tanto, muy atractivas en este sentido….

                                                 Lo social y cultural

Al menos en las sociedades con un nivel medio o alto de desarrollo económico y social, se ha establecido un mayor acercamiento entre ambos sexos en todos los aspectos. Ya no solo hay mujeres presidentas, científicas, artistas, ejecutivas empresariales y juezas, sino militares (¡las hay pilotos de aviones de combate!), bomberas, policías, peloteras, levantadoras de pesas, boxeadoras, asesinas a sueldo y hasta verdugos.
O sea, la cada vez mayor  igualdad económica entre ambos sexos es solo una manifestación particular y la más visible de un proceso de acercamiento entre ambos sexos.
Como otras caras de este proceso sobresalen: las modas unisex, la aceptación del homosexualismo y otras manifestaciones de sexualidad diferentes a las predominantes hasta ahora, las familias no-tradicionales y la fecundación in-vitro.
Y este proceso es a su vez parte de otro de mucha  mayor escala, el más serio e importante: el tránsito de la especie humana “homo sapiens” hacia otra especie nueva en desarrollo, con un elevado grado de elementos artificialmente creados, a diferencia de otras mutaciones del pasado, cuando el elemento natural era absolutamente predominante.
Y en esta nueva especie en formación,  la diferencia entre sexos es de menor importancia.
Esto contradice la visión machista tradicional y la aún vigente, pero ya maltrecha preponderancia social del sexo masculino.
Así que en este aspecto, cada hombre, de manera individual, debe mostrar una actitud: seguir anclado al pasado o adaptarse a los tiempos actuales y venideros, donde la mujer ya no está ni estará subordinada al varón.
Cada mujer, de igual manera, deberá hacer su elección.


               Táctica y estrategia

Como decíamos al principio, solo tratamos aquí cuan atrayentes puede resultar hoy en día una mujer de 50 años para los hombres, desde el punto de vista de una relación.
Hemos visto que físicamente, si una mujer determinada se ocupa de su salud, su figura, lleva una vida sana , se alimenta adecuadamente y adopta una apariencia juvenil, puede gustar a un hombre específico, de cualquier edad.
Porque esto de los gustos es muy personal, de nada valen las estadísticas.
Desde el punto de vista psicológico, la mujer de 50 lleva amplia ventaja, por su madurez y experiencia, respecto a las de otras edades y en este aspecto, resultan de mucho atractivo para los hombres.

Socialmente, las mujeres de 50 de hoy en día suelen estar bien capacitadas y se ganan la vida por sí mismas  y esta es una tendencia que se mantendrá a largo plazo.
Solo los hombres de mentalidad más atrasada no verán esto como una ventaja. Y estoy seguro que usted, una mujer inteligente (por algo lee este blog) solo se interesará por un hombre de mente avanzada…
En fin, señora de las cinco décadas,  ¡usted puede ser justamente ahora, más atractiva que nunca  antes a los ojos de un hombre!










Rey