Hace unos días le escuché a un vecino que vive en los bajos de mi casa algo que llamó mi atención.
Francisco es un hombre relativamente joven, que no pasa de los cuarenta
años y tiene dos hijos: uno de siete y el otro de cuatro años y como
cualquier padre responsable, se preocupa y ocupa de la educación de sus
hijos.
Hace unos días,escuché que le dijo al más pequeño de los niños:
-No llores más compadre;¡eso es cosa de mujeres!...
¡Que frase tan fuerte para un niño y menos si tiene cuatro años!Pero
estoy convencida que a muchas personas esa frase le suena familiar….
¿Alguien te dijo alguna vez que los hombres no lloran?
En algunas culturas, se le inculca al varón ese falso concepto de
hombría, que para lo único que sirve, es para que el niño aprenda a
reprimir desde edad temprana una de las necesidades fisiológicas más
importantes que tenemos algunas especies de mamíferos para
identificarnos sentimentalmente con algo o alguien.
Ese concepto
además de machista, es totalmente erróneo; porque los hombres deben
llorar al igual que las mujeres, pues como dice un viejo poema: ¨también
tienen el alma débil como nosotras¨.
Por esa falsa creencia,
existen hombres incapaces de exteriorizar sentimientos íntimos y eso los
convierte en individuos infelices e insensibles.
No solo existen
hombres con ese concepto; hay mujeres machistas que tal como sucede con
Francisco, no soportan ver a un varón llorando todo el tiempo aunque sea
un niño y por esa razón, lo reprenden, ya que lo consideran una actitud
de debilidad masculina.
Estoy consciente, que manifestaciones como
esta, son más culturales que ancestrales; por esa razón, debemos tener
cuidado con los valores que le inculcamos a nuestros hijos, para que no
crezcan con esos falsos conceptos que nada tienen que ver con el sexo,
la sexualidad ni mucho menos con la moral ni la hombría.
Carmen Tamara