Que el miedo no lo controle a usted
El Miedo en las personas es un comportamiento
aprendido, no se nace con él.
Sí se nace con respuestas
instintivas (no emocionales), que reaccionan de inmediato ante el dolor físico,
el hambre, las temperaturas extremas o la falta de aire.
Pero el miedo es un determinado comportamiento emocional aprendido, que desencadena una respuesta neurofisiológica de repliegue o huída ante la previsión (correcta o no), de que se produzcan algunas de estas amenazas mencionadas u otras semejantes.
Pero el miedo es un determinado comportamiento emocional aprendido, que desencadena una respuesta neurofisiológica de repliegue o huída ante la previsión (correcta o no), de que se produzcan algunas de estas amenazas mencionadas u otras semejantes.
Prever algo es una actividad
consciente y parte de una experiencia previa que se guarda en
la memoria. O de una enseñanza recibida que se asocia también a una o varias
experiencias peligrosas previas .
Porque no se puede asustar a
nadie que no conozca el dolor, por ejemplo, pero se le puede explicar que el
fuego causa mucho dolor o incluso la muerte…
Cuando en nuestra memoria se
ha conservado una experiencia previa clasificada como peligrosa (o una enseñanza que remite a esta),
nuestro cerebro elabora un programa de acción encaminado a prevenir la
ocurrencia del evento peligroso y evitar sus consecuencias ya
conocidas. Ha surgido un miedo.
El miedo es un mecanismo de
protección del ser humano, pero como todo aprendizaje, puede resultar defectuoso y hasta
disparatado.
Además, como cualquier comportamiento aprendido, debe poderse
controlar y someterse a nuestra voluntad consciente.
¿Como funciona el Miedo?
Un mecanismo específico de miedo se desencadena cuando confluyen a nivel
consciente:
1) Una
señal de alarma proveniente de la amígdala cerebral, encargada del monitoreo
constante de las señales originadas en nuestros analizadores
sensoriales.
2) Mientras
por una “vía rápida” los neurotransmisores y hormonas van desencadenando una
preparación del organismo para la huída o enfrentamiento de la amenaza,
los sistemas de atención de la corteza cerebral buscan en el entorno una explicación
a lo sucedido, con el fin de tomar tres posibles caminos: continuar con la
alarma, detenerla si es falsa o requerir más información para decidir. Esto implica comparar la información obtenida con la
conservada en la memoria.
3) Si en la
memoria se halla información que confirme la amenaza y existe una “respuesta de
miedo” ya presente, se activa la misma y nuestra conciencia da “vía libre” para
continuar toda la respuesta neurofisiológica restante, que implica el envío de
señales a las áreas evolutivamente más antiguas encargadas de controlar los
procesos vegetativos básicos, tales como la respiración y el movimiento de los
músculos.
Si por ejemplo, como casi todo el mundo le tenemos miedo al fuego y
efectivamente, ha ocurrido un incendio, el miedo nos salva la vida.
Pero si en cambio, le tenemos miedo a las ranas y efectivamente, una rana
nos ha caído encima, sufriremos una reacción exagerada, incluso peligrosa para
la salud, además de hacer el ridículo.
Las fobias, los miedos sin razón y los miedos incontrolables.
Las fobias son esos miedos
irracionales y exagerados que se caracterizan por reacciones desproporcionadas
ante las señales que se perciben como amenazantes.
Las fobias son
resultado de procesos de retroalimentación positiva, en el cual una mesurada
percepción de rechazo hacia algún evento, es amplificada sin control hasta
adquirir una magnitud enorme, generando una respuesta de miedo exagerada.
También es posible
desarrollar miedos sin una auténtica razón para ello, producto de conclusiones
equivocadas de los hechos, encadenamiento con otros miedos o características
propias de la personalidad del
individuo.
Desgraciadamente, a veces la
persona comprende racionalmente su percepción errónea, pero se siente incapaz
para deshacer voluntariamente este comportamiento aprendido.
Otro fenómeno negativo son
aquellos miedos que el individuo no maneja de manera adecuada, provocando
reacciones ineficientes o hasta absurdas, en ocasiones, paralizantes.
Cualquiera que haya pasado
por una o varias de estas tres situaciones sabe los incómodas y limitantes que
resultan para la vida personal de cualquiera.
Afortunadamente, hay modos de
enfrentarlas. Hay Remedio contra el Miedo.
Siete recomendaciones para controlar el Miedo.
Un ser humano sano y consciente
debe ser capaz de controlar su comportamiento, emociones y reacciones, para
lograr un adecuado equilibrio en sus relaciones personales y con su entorno.
Poder controlar al miedo es
un asunto fundamental, tanto para la salud como para la propia seguridad personal y el éxito social
de cualquier persona.
En general, para controlar el
miedo cualquiera sea este, incluyendo las situaciones patológicas como las fobias, miedos incontrolados o inventados, hay
dos maneras diferentes de hacerlo. Y deben emplearse ambas a la vez.
1.- Los mecanismos de “bajo
nivel” y retroalimentación negativa, que trabajan influyendo
voluntaria y conscientemente sobre las respuestas fisiológicas producidas por
el miedo, en particular sobre la respiración y el sistema osteo – muscular.
2.- Los
mecanismos de “alto nivel”, en los cuales desde la mente racional, se crean
estrategias racionales para de diferentes modos, ir reduciendo y debilitando
los “miedos” aprendidos.
A continuación, pasamos a detallar consejos prácticos para controlar
al Miedo, válidos para cualquier persona que no sea un paciente siquiátrico.
En este último caso, solo los
médicos puedan indicar que hacer.
1.-Cuando sienta miedo, inmediatamente
ordénese a sí mismo controlar la respiración. Concentre su atención en ella.
Hasta cuando la situación es
crítica, resulta imprescindible tener el control, incluso si se impone correr o
combatir, para hacerlo con la máxima eficiencia.
Si no está obligado a correr,
realice respiraciones profundas, en cuatro tiempos: inspiración, retención,
espiración, retención del aliento y de nuevo inspiración.
El reflejo autónomo de la
respiración radica en el bulbo raquídeo, el cual es parte del “cerebro reptiliano¨, aquella parte evolutivamente
más antigua de nuestro cerebro.
Es imposible sentir miedo y
respirar de manera profunda: la respiración garantiza energía para el organismo
y mediante un mecanismo de retroalimentación negativa, al normalizarse la
respiración, el cerebro reptiliano comienza a relajar los músculos, y el ritmo
cardíaco se hace menos rápido.
Como resultado de este proceso, otras partes del cerebro inducen una respuesta fisiológica que
conducen a una situación más controlada
Es que afortunadamente, la
naturaleza nos dotó con este mecanismo de “puerta trasera’ para mediante la
voluntad, influir sobre la respiración, el único proceso vegetativo autónomo en
el que se puede influir conscientemente.
Otros, como la digestión o el ritmo cardíaco, son inaccesibles de
manera directa por nuestra voluntad consciente.
Al controlar la respiración,
una persona controla su energía de manera consciente. En el caso de un miedo
fuera de control, lo deja “sin combustible”…
2.-Inmediatamente
después de tomar control sobre su respiración, ordene a su mente fijar la
atención consciente de sus ojos en su entorno y escuchar atentamente los
ruidos ambientales. Aquiete sus pensamientos para detener el diálogo interno.
Al fijar su atención consciente
en el entorno que lo rodea, se interrumpe el programa mental que ejecuta su
miedo.
De tal modo, este conjunto de
reacciones neurofisiológicas desatadas por el miedo quedarán sin dirección, tendiendo a
debilitarse y desaparecer.
A la vez, al cesar las
palabras en su interior, priva al programa de su miedo la posibilidad de
restablecer su funcionamiento.
El diálogo interno, ese
“flujo mental” desordenado que nos ocupa la mayoría del tiempo, es el peor enemigo de la conciencia humana.
El diálogo interno caótico
interfiere todos los mecanismos de auto-regulación fisiológica del organismo, al enviar a los centros emocionales y
vegetativos del cerebro señales falsas que desencadenan procesos
fisiológicos innecesarios y desregulados.
El silencio interior permite
la homeostasis, esto es, el estado de equilibrio en nuestro organismo.
3.- Pasada
la situación de miedo, cuando disponga de condiciones, practique ejercicios de
respiración profunda y Meditación.
Como hemos explicado, el silencio interior le facilitará activar los
mecanismos neurofisiológicos que llevan el organismo al equilibrio.
4.-En estado de Meditación y Silencio
Interior, efectúe ejercicios de regresión mental.
Si es posible, entrénese para
ello. El hecho de retornar mentalmente a un estadio anterior a la aparición de
sus fobias, miedos o falta de control favorecerá notablemente el debilitamiento
y desaprendizaje de estos miedos y conductas inadecuadas.
Estos ejercicios no son difíciles y se efectúan durante un determinado
periodo, según sea necesario. La
regresión mental se efectúa de manera paulatina, para retrocediendo mentalmente
en el tiempo y reviviendo experiencias, llegar al instante emocional que
provocó el aprendizaje inadecuado. Estas prácticas son absolutamente seguras,
ya que el propio individuo es quien la controla.
5.-
Practique Tai Chi Chuan o Yoga.
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6.- Piense de manera ordenada y razonada sobre sus miedos. Busque apoyo en su propia razón, conocimientos y cultura.
Tenga en cuenta que como cualquier ser humano, en ciertos momentos usted debe
ser capaz de imponerse a sus miedos por su propio bien, de su familia y los
demás.
Convénzase de lo mejor
para usted. Lea e infórmese de sus problemas y padecimientos. Eleve sus
conocimientos y cultura de manera amena. Posiblemente el desconocimiento y los
prejuicios jueguen un papel en sus dificultades. Evalúe la conveniencia de
buscar ayuda profesional.
7.-
Enfrente de manera paulatina y gradual sus miedos. Impóngase ejercicios prácticos para ello. Esto le
permitirá desaprender los viejos patrones por debilitamiento gradual y crear de
manera paulatina patrones sanos y naturales de comportamiento.
Puede buscar ayuda o
asesoramiento profesional. Aproveche sus ejercicios de manera integral, para
lograr el máximo efecto en su salud y el logro del auto-control: realice a la vez silencio interior,
atención consciente y respiración completa mientras enfrenta cada día un
desafío nuevo para derrotar sus miedos.
Al igual que cuando se sufre
de un ataque de pánico, al enfrentar en el terreno de manera paulatina una
fobia, es imprescindible controlar la respiración, la atención consciente y
llevar el silencio interior.
Tenga siempre presente que
cualquiera tiene miedo. El asunto radica en que el miedo no lo tenga a usted.
Rey