Estar conectados
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Pero estos eventos de los cuales formamos parte se relacionan a su vez con otros muchos, de diferentes escalas, algunos muy sencillos y otros descomunalmente abarcadores.
Incluso nuestra propia existencia como seres vivientes no es más que el resultado de una intrincada red de procesos celulares, bioquímicos y físicos, por lo cual nuestra aparentemente simple existencia es, sin exagerar un ápice, un proceso de proporciones cósmicas. ¡Y esto es lo que sabemos por el momento, hay mucho más aún oculto!
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Cuando por algún motivo nuestra conexión con alguna o varias de estas redes de las que formamos parte es deficiente, sea con nuestra familia, entorno laboral o sencillamente con nuestro entorno natural, como ocurre al alimentarnos mal, fumar o llevar una vida demasiado sedentaria, nuestra vida marcha mal.
Con frecuencia, aunque nos damos cuenta de que algo en nosotros no está bien, nos perdemos entre una multitud de causas y causantes, pues estamos entrenados para apreciar objetos y hechos secuenciales, no movimiento.
Y es que para apreciar una danza, no hay que enfocarse tanto en los bailarines, sino en el baile en sí.
Pero es mejor explicar con ejemplos.
Cuando la salud se resquebraja
Es uno de los padecimientos más frecuentes de la época moderna: la hipertensión. Afecta mayoritariamente a mayores de 40 años.
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Al intentar comprender que nos sucede, nos hacemos un lío. ¿Cómo comenzó todo? ¿Es nuestra
hipertensión resultado de una mala alimentación o de la vida tan agitada de estos tiempos? ¿O por el contrario: nos alimentamos mal producto de la agitación en que vivimos? ¿Es tal vez resultado de los nuevos cambios organizativos en nuestro empleo que ahora requieren de una mayor responsabilidad y eficiencia?
hipertensión resultado de una mala alimentación o de la vida tan agitada de estos tiempos? ¿O por el contrario: nos alimentamos mal producto de la agitación en que vivimos? ¿Es tal vez resultado de los nuevos cambios organizativos en nuestro empleo que ahora requieren de una mayor responsabilidad y eficiencia?
Pero también: ¿no será resultado de las tensas relaciones que estamos viviendo con nuestra pareja? ¿O será al contrario: nuestra hipertensión y mal humor están tensando nuestra vida de pareja y esto desencadena nuestros problemas laborales?
¿Y no serán las dificultades de nuestros hijos verdaderamente las causantes de todo? Ellos que están sufriendo los altos costos de las matrículas universitarias y la inseguridad en las calles…
¿Y que decir de los problemas políticos del país, el elevado costo de la canasta familiar y hasta los veranos cada vez más insoportables?
¿Cómo quiere el médico que con tantos problemas le dediquemos tiempo a hacer ejercicios, alejarnos del estrés y gastar el dinero que no tenemos en una alimentación adecuada?
Lo que ocurre luego, en la mayoría de los casos, es que nos precipitamos en una espiral desenfrenada donde cada vez nos desequilibramos más y si antes padecíamos de hipertensión, al poco tiempo nos volveremos cardiópatas, obesos, diabéticos y estaremos recibiendo tratamiento para la ansiedad.
Y nuestros hijos nos rehuirán, en el trabajo nos la pasaremos ofreciendo excusas y la relación con nuestra pareja se hará cada vez peor.
¡Y el país y el cambio climático que se las arreglen como puedan, bastante tenemos ya con nuestros propios problemas!
En esencia: nos hemos vuelto absolutamente desequilibrados.
Somos redes, no objetos.
Sucede que para casi todos nuestros asuntos cotidianos aún entendemos al mundo de manera intuitiva: como un conjunto de objetos que se relacionan entre sí en un orden secuencial y jerárquico.
Incluso el conocimiento formal en las escuelas se basa en estas nociones intuitivas.
Sin embargo, en las últimas décadas un conocimiento más general y menos ligado al mundo aparente mostrado por los sentidos, ha demostrado ser muchísimo más poderoso y útil. Un conocimiento que nos muestra aquello del mundo que no es accesible directamente por los sentidos y se rige por reglas más generales.
Los resultados están a nuestro alrededor: desde la energía nuclear hasta INTERNET, la ingeniería genética o los teléfonos inteligentes.
Resulta que lo primario no son los objetos, sino los procesos, asociados unos a otros en forma de redes.
Todo está interconectado, cada red de manera específica, con su tiempo propio, donde lo que sucede en un nodo se refleja en toda la red y es absurdo, carece de sentido entonces, pretender aislar las partes interconectadas.
Es por eso que en el ejemplo citado, resulta imposible aislar al individuo que presenta hipertensión de todos los eventos y procesos en que se haya involucrado: forman un todo interconectado donde cualquier desequilibrio se refleja en toda la red.
Y por tanto debe ser tratado de manera holística, integral, facilitando el regreso espontáneo al equilibrio .
Porque los procesos se auto-organizan en sistemas y todos los sistemas cuentan con capacidad de auto-regulación.
Como sucede con cada ser humano. Basta equilibrar sus relaciones con todo aquello en que participa para que se reajuste y vuelva a un comportamiento equilibrado, colaborando a su vez que esos propios procesos a los que está enlazado retornen a un funcionamiento óptimo. En nuestro ejemplo, su familia, el empleo, el medio social.
Aunque muy actual y demostrado, este enfoque es milenario. Está presente en la medicina china, en el yoga, en las culturas ancestrales de los pueblos aborígenes de América.
Es pues, un retorno a lo que debemos ser, parte consciente e integrante de un Universo enlazado, cambiante y auto-regulado.
Pero… ¿qué normas generales pueden ayudarnos a vivir en equilibrio, conectados con lo que existe?
Cinco recomendaciones prácticas para vivir en armonía.
1.- Aunque parezca una tontería, todo comienza con aprender y practicar el control de la respiración. La única de las funciones vegetativas básicas que se puede controlar voluntariamente.
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El control de la respiración es la llave del auto-control de la mente y el cuerpo.
2.- Aprenda a detener el diálogo inconexo que todos llevamos con nosotros mismos y nos sitúa en construcciones puramente mentales, ubicadas en el pasado o en el futuro distrayéndonos de la realidad del presente.
El Silencio Interior es además la puerta del “Conocimiento Interno”, todo el conjunto de “saberes” orgánicos mediante los cuales nuestro cuerpo se controla a sí mismo y que habitualmente es bloqueado y distorsionado por la “conversación interior”.
El Silencio Interior es además la puerta del “Conocimiento Interno”, todo el conjunto de “saberes” orgánicos mediante los cuales nuestro cuerpo se controla a sí mismo y que habitualmente es bloqueado y distorsionado por la “conversación interior”.
Además, el “Conocimiento Interior” nos conecta con todos los campos y formas de movimiento del Universo de manera autónoma y adecuada, sin necesidad de participación consciente.
3.-Practique ejercicios físicos de manera regular. Con ello entrena su mente - cuerpo a funcionar del modo en que ha sido concebido, garantizando el equilibrio mental y fisiológico.
Lleve una alimentación basada en productos naturales, en especial frutas, vegetales, frutos secos, grasas no saturadas y fuentes de proteínas y minerales. No coma en exceso, es preferible quedar con algo de deseos que exagerar.
4.-Ejercite y desarrolle la “atención consciente”, esto es enfocar sus sentidos de manera voluntaria y en silencio mental, en aquello que ha decidido hacerlo, garantizando placenteramente y sin esfuerzo alguno, la captación de la mayor cantidad de información posible del entorno, con lo cual sus decisiones serán igualmente óptimas.
5.-La más importante de todas las propiedades de la conciencia humana es ejercer la Voluntad consciente, esto es el libre albedrío ejercitado desde la plena conciencia de los actos propios y aceptando la plena responsabilidad por los mismos.
Recuerde que la muerte es lo único seguro en esta vida y el azar (que sí existe) nos acecha a cada instante para bien o para mal. por lo cual es imperdonable no estar atentos a la realidad y permitirse errores simplemente por actuar a la ligera, de manera irresponsable.
¡Usted no es un objeto! ¡Es su conectividad!
Es poco inteligente un modo de vida que implique aislarse de los demás. Por el contrario, la sociedad, como el resto del Universo, se conforma por redes interconectadas.
Todos tenemos posibilidades y capacidades para trabajar y cooperar en grupo. Esto significa en la práctica, conectarnos a estas redes.
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Por otra parte, revise sus participación en muchas otras redes en que posiblemente sin ejercer su voluntad consciente, es utilizado como instrumento por intereses personales y grupales, chupando sus energías sin que usted obtenga ganancia o progreso real.
Manténgase informado, instrúyase, tome partido, huya de los medios hegemónicos, de los falsos paradigmas que convierten al prójimo no en un hermano sino en un competidor.
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No se vuelva esclavo de las redes sociales ni documente su vida hasta el último detalle.
El ciberespacio en realidad es una bendición, la oportunidad de conectarnos unos con otros y acceder a un gigantesco conocimiento patrimonio de toda la especie, pero ejerciendo siempre su voluntad consciente, no la de otros y mucho menos por dependencia o para asesinar al tiempo.